Rocío Otoya
Sídney (Australia), 4 ago (EFE).- Australia inauguró hoy su primera mina de metales raros, uno de los mayores yacimientos del mundo con el que se convertirá en una alternativa a China, proveedor mundial casi en exclusiva de esta escasa materia prima, también llamada "nuevo petróleo".
En los últimos años se han disparado los precios de estos materiales cuyas propiedades magnéticas se han vuelto imprescindibles en la fabricación de productos electrónicos y de las nuevas tecnologías como ordenadores, pantallas planas, vehículos híbridos, turbinas eólicas, superconductores o fibra óptica.
Lynas Corporation ha invertido 100 millones de dólares en los últimos 10 años para explotar el yacimiento situado en Mount Weld, en Australia Occidental, considerado uno de los más ricos del mundo en estos materiales y cuya producción se calcula en unos 20 años.
En la inauguración de la mina, el jefe del Gobierno del estado de Australia Occidental, Colin Barnett, señaló que la mina de Australia será la de mayor relevancia fuera de China, país que concentra el 95 por ciento del abastecimiento mundial, pero que ha puesto límite a sus exportaciones.
Pekín ha reducido ligeramente la cuota de exportación de metales raros para 2011 a 30.184 toneladas y, según el director ejecutivo de Lynas, Nicholas Curtis, "no da muestras reales de aumentar sus exportaciones (de este producto)", insuficientes para cubrir la demanda de Japón y Europa, principalmente.
Curtis, además, advirtió de que en los próximos cinco años habrá una continua escasez de metales raros, según publicó hoy el diario The Australian.
Lynas, que inicialmente prevé producir unas 11.000 toneladas anuales, estima que a finales de 2012 abastecerá el 8 por ciento de la producción mundial y, en 2013, el 14 por ciento.
Japón es uno de los países más interesados en la puesta en marcha de la mina ante las restricciones de China, que en septiembre detuvo algunas exportaciones en medio de tensiones diplomáticas por una disputa en las islas Diaoyu (en chino) o Senkaku (en japonés).
El ministro australiano de Exteriores, Kevin Rudd, prometió en noviembre a su entonces homólogo nipón, Seiji Maehara, que Australia será "un abastecedor de metales raros seguro, confiable y de largo plazo".
Ante la fuerte demanda de metales raros, un 70 por ciento de las 11.000 millones de toneladas de la primera fase de producción de Lynas ya ha sido comprometido.
Según el portal Finance News Network, Lynas tiene acuerdos con ocho clientes y una alianza estratégica con la japonesa Sojitz, asociación a largo plazo que también persigue la alemana Siemens.
Los metales raros del yacimiento de Mount Weld serán trasladados a Malasia, donde Lynas construye una planta de refinamiento en Kuantan, y desde allí se distribuirán a todo el mundo.
La planta, que será operativa a finales de año, ha generado malestar en la población local, que teme una posible contaminación radioactiva a pesar de los esfuerzos del Gobierno malasio que, apoyado en un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica, asegura que se cumplen los requisitos internacionales de seguridad. EFE
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