Natalia Kidd
Buenos Aires, 21 sep (EFE).- Las presiones cambiarias han vuelto a prender las luces de alerta en Argentina, con el precio del dólar en nivel récord en el mercado negro, muy por encima del valor oficial, y crecientes compras de divisas por los canales legales, lo que ha hecho revivir el fantasma de una nueva devaluación.
El precio del dólar en bancos y casas de cambio está clavado en 8,40 pesos por unidad, apenas cuarenta centavos por encima del valor de estabilización que logró conseguir el Banco Central tras la devaluación de enero pasado, cuando la depreciación fue del 23 %.
Pero a la cotización en el mercado informal -que ha florecido tras la imposición del cepo cambiario a finales de 2011- se ha disparado esta semana, al tocar un máximo de 15 pesos por unidad, un 75 % por encima del valor oficial y con un aumento del 50 % en lo que va del año.
Una subida que el Gobierno de Cristina Fernández atribuye a ataques especulativos promovidos por los fondos de inversión especulativos que litigan contra Argentina en tribunales de Nueva York por deudas en mora desde 2001 y que, según el Ejecutivo, pretenden minar la credibilidad del país con maniobras financieras.
Lo cierto es que el propio Gobierno, al enviar el pasado lunes el proyecto de Presupuesto 2015, da por sentada una devaluación, ya que estipula para el próximo año un dólar promedio de 9,40 pesos por unidad.
Ya sea por las "artimañas" de los fondos buitre que el Gobierno denuncia o por simple aversión al riesgo entre los inversores, hay una demanda de instrumentos alternativos al dólar oficial para intentar cubrirse de una nueva devaluación.
Así, las cotizaciones de bonos y acciones se mantienen firme, un reflejo de cómo los inversores más sofisticados buscan hacerse de divisas sin tener que recurrir al mercado ilegal de cambios.
"La firmeza que muestran las cotizaciones alternativas del dólar da cuenta de una demanda sostenida por dolarizar carteras, reflejo, a su vez, del alza que han venido experimentando las expectativas de devaluación en las últimas semanas", dijo el Banco Ciudad en un reciente informe.
Esta demanda, según la entidad, es impulsada por empresas que necesitan cancelar operaciones de comercio exterior en un contexto de restricciones crecientes a los importadores para acceder al mercado de cambios oficial.
"Todas estas, son señales que anticipan y reflejan una estrechez creciente en el mercado de cambios, que apunta, a su vez, a una aceleración de la pauta devaluatoria oficial en el último tramo del año", dijo el Banco Ciudad.
Incluso la venta de dólares en el mercado oficial -restringidas por el Fisco de acuerdo a los niveles de ingreso de cada inversor- se ha acelerado, alcanzando en la primera quincena de septiembre los 260 millones de dólares, volumen equivalente a todas las ventas registradas en agosto.
Para Fausto Spottorno, economista jefe de la consultora privada Orlando Ferreres, el mercado cambiario está "tan controlado" por el Gobierno que "la decisión de devaluar la va a tomar cuando le parezca".
Con todo, el experto admitió a Efe que, a medida que la brecha entre el precio del dólar oficial y el informal crece, "la presión para devaluar es mayor" porque el valor en el mercado negro es tomado como referencia para muchas actividades económicas, incidiendo en los precios, con una pauta oficial de inflación del 22 % para 2014 y el 15,6 % para 2015, por debajo de las proyecciones privadas.
"¿Cuánto puede aguantar el Gobierno esta brecha? Puede aguantar bastante. Pero la gente comienza a demandar cada vez más dólares y eso hace que se acelere la inflación, aún si el Gobierno no devalúa", observó Spotorno.
El Banco Central mantiene su poder de fuego, con reservas por 28.267 millones de dólares, algo por encima incluso del saldo de finales del crítico enero, donde perdió cerca de 2.000 millones de dólares.
Sin embargo, el cese de pagos selectivo en el que cayó Argentina en agosto, según las calificadoras de riesgo, por incumplimientos parciales de vencimientos como consecuencia del bloqueo judicial derivado del litigio con los fondos en Nueva York, mantiene al país sin posibilidad de acceder a los mercados externos para financiarse.
Un arreglo del desaguisado judicial por la deuda, lo que podría lograrse en enero, cambiaría la suerte de Argentina.
"Cambiaría el escenario porque abastecería la economía de divisas, que es lo que está faltando hoy", afirma Spotorno.