Bruselas, 20 jul (EFE).- El rey Alberto II de Bélgica ha apelado
hoy a la ética en el ámbito económico y financiero para poder
superar una crisis que, según ha dicho, está provocando
consecuencias sociales "enormes".
Durante su tradicional discurso previo a la fiesta nacional, que
se celebra mañana, el soberano ha querido enviar, en primer lugar,
un mensaje de apoyo a todos aquellos que han perdido su empleo como
consecuencia de la crisis económica internacional.
Alberto II ha afirmado que, para poder hacer frente a esta época
de dificultad, es necesario dar "una respuesta a diferentes
niveles", comenzando por el ámbito ético.
"La crisis ha sido originada, en buena parte, por la ausencia de
ética. En el sector financiero muchos responsables han sucumbido a
la presión de los mercados por generar beneficios a corto plazo
demasiado elevados, a veces irreales y sin relación con la economía
real", ha censurado el rey belga.
Ha afirmado además que los bonus con los que se premiaba a
quienes alcanzaban esos objetivos han contribuido también a empeorar
la situación.
Estos comportamientos, sumados al control insuficiente de los
intermediarios financieros, han causado una crisis financiera
mundial que ha acarreado la pérdida de millones de puestos de
trabajo en el mundo, así como perjuicios "desproporcionados" a los
países pobres que afectan a los más vulnerables, ha recordado.
Por ello, al rey le parece "muy importante" garantizar una ética
en el sector económico y financiero que, además, debería ir
acompañada por una revisión e internacionalización de las normas de
control de los intermediarios y productos financieros.
Unas reglas, ha precisado, que también deberán regular los
sueldos que cobran los directivos.
Promover una formación profesional más adecuada a las necesidades
del mercado laboral y una educación de calidad son otras de las
medidas en las que ha insistido Alberto II para ayudar a superar la
crisis.
Finalmente, ha pedido "poner en orden" las estructuras
institucionales belgas y ha propuesto una reforma del Estado que
dote de mayor responsabilidad, solidaridad y poder eficaz a las
entidades federadas belgas, para "afrontar mejor los retos del
futuro". EFE