Londres, 23 abr (EFE).- Goldman Sachs actuó al mismo tiempo como
asegurador e inversor en el acuerdo de refinanciación, el año
pasado, del banco británico Lloyds Bank Group, revela hoy el
Finacial Times.
Este hecho pone de manifiesto el "potencial conflicto de
intereses" que subyace en el modelo de negocio del banco de
inversiones estadounidense, dice el periódico.
Según cuatro personas involucradas en la búsqueda de inversiones,
Goldman exigió cambios de última hora en la estructura del acuerdo
que estaba asegurando, cambios que beneficiaban su propia posición
inversora.
Según fuentes de Goldman, sus aseguradores no están nunca al
corriente de las inversiones de quienes se dedican a actividades de
"propietary trading" (comercio con capital propio), y esas
acusaciones son un intento de difamar al banco.
Sin embargo, señala el diario británico, lo ocurrido en las horas
finales de la captación de capitales, la mayor de la historia,
alimentará las sospechas de los críticos de Goldman Sachs de que
este banco antepone sus propios intereses a los de sus clientes.
Esas nuevas revelaciones se producen en un momento en que Goldman
Sachs trata de defenderse de las acusaciones de fraude por la
Comisión Reguladora Bursátil de Estados Unidos.
Según las fuentes consultadas por el Financial Times, la víspera
del anuncio del acuerdo, Lloyds insistió en que debía elevarse hasta
un 2,5 por ciento el interés extraordinario por los bonos que iban a
intercambiarse cuando el resto de los bancos se habían puesto de
acuerdo en un 2 por ciento.
Ese incremento de última hora siguió a una rebaja del rating
(calificación) crediticio atribuido a los bonos, lo que los
convertía en una inversión más arriesgada.
Según el periódico, Godman también participó en las discusiones
sobre qué bonos debían tener prioridad en la oferta de intercambio
de bonos.
Posteriormente se supo que Goldman Sachs había realizado una
fuerte inversión en los bonos del 6,9 por ciento, precisamente
aquellos a los que se había dado prioridad.
Según una persona conocedora de lo ocurrido, Goldman adquirió
aproximadamente la mitad de la emisión de 1.000 millones de dólares.
El dudoso papel del banco estadounidense en la transacción -tanto
el supuesto conflicto de intereses como la acusación de que
encareció los intereses- es un asunto políticamente sensible en el
Reino Unido, dado que el Gobierno posee actualmente el 41 por ciento
de Lloyds, el banco afectado. EFE