Roma, 23 sep (EFE).- Producir un 70 por ciento más de alimentos
para 2.300 millones de personas más hasta 2050 mientras se combate
el hambre y la pobreza, serán algunos de los retos de la agricultura
mundial en las próximas décadas según recogen documentos de debate
de la FAO difundidos hoy.
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) organiza un foro los próximos 12 y 13 de octubre
para discutir sobre "cómo alimentar al mundo en 2050".
El Foro reunirá a cerca de 300 expertos del sector académico,
privado y de ONG de países desarrollados y en desarrollo y servirá
para preparar el terreno para la Cumbre Mundial sobre la Seguridad
Alimentaria, que tendrá lugar en Roma entre los próximos días 16 y
18 de noviembre.
"La FAO es moderadamente optimista sobre el potencial del planeta
para alimentarse a sí mismo en 2050", aseguró el Director Adjunto de
la FAO Hafez Ghanem.
Sin embargo, apuntó que poder alimentar entonces a toda la
población mundial no se logrará de forma automática, y que antes
tendrán que superarse dificultades importantes.
Según los últimos cálculos de la ONU, la población mundial pasará
de los 6.800 millones de personas de hoy a 9.100 millones en 2050:
un tercio más de bocas que alimentar, refiere la nota.
Casi todo el incremento demográfico tendrá lugar en los países en
desarrollo.
El crecimiento más rápido de la población será en África
subsahariana (un 108%, con 910 millones de personas) mientras que el
crecimiento más lento se producirá en Asia oriental y el Sudeste
asiático (un 11%, con 228 millones de personas), añade.
Cerca del 70% de la población mundial vivirá en ciudades o áreas
urbanas en 2050, comparado con el 49% que lo hace en la actualidad.
Se espera que la demanda de alimentos continúe creciendo como
resultado del incremento demográfico y el aumento de los ingresos.
La demanda de cereales (como alimentos y como piensos para animales)
se cree alcanzará 3.000 millones de toneladas en 2050.
La producción anual de cereales tendrá que crecer en casi 1.000
millones de toneladas (hoy es de 2.100 millones) y la producción de
carne en más de 200 millones de toneladas, para alcanzar 470
millones en 2050.
El 72% de la producción cárnica será para el consumo en los
países en desarrollo, que hoy en día consumen tan solo el 58%.
La producción de biocombustibles podría también aumentar la
demanda de productos básicos agrícolas, en función de los precios de
la energía y las políticas gubernamentales.
A pesar que el 90 por ciento del crecimiento en la producción
agrícola está previsto proceder de un aumento del rendimiento y la
intensificación de los cultivos, la tierra cultivable tendrá que
ampliarse en cerca de 120 millones de hectáreas en los países en
desarrollo, sobre todo en África subsahariana y Latinoamérica.
Según las previsiones, la tierra cultivable en los países
desarrollados disminuirá en unos 50 millones de hectáreas, aunque
esta cifra podría variar en función de la demanda de
biocombustibles.
A nivel mundial existe todavía suficiente tierra disponible para
alimentar a la futura población mundial.
La FAO advierte que, no obstante, "gran parte de esta tierra
potencial tan solo es adecuada para pocos cultivos y se concentra en
unos pocos países".
En cuanto al consumo de agua para la agricultura de regadío está
previsto que "crezca a un ritmo menor debido a la disminución de la
demanda y a un uso más eficiente del agua, pero aún así se
incrementará en cerca del 11% para 2050", afirma.
A nivel mundial, los recursos de agua dulce son suficientes, pero
están distribuidos de una forma muy desigual y la escasez de agua
alcanzará niveles alarmantes en un número creciente de países o
regiones dentro de esos países, en particular en Oriente Medio, el
Norte de África y Asia meridional.
Utilizar menos agua, y al mismo tiempo producir más alimentos,
será la clave para hacer frente a la escasez del líquido elemento.
Esta escasez podría agravarse por los cambios en el régimen de
lluvias resultantes del cambio climático, concluye el documento. EFE