Óscar Tomasi
Londres, 10 nov (EFE).- Centroamérica apuesta por un "ecoturismo"
complementado con los deportes de aventura, la arqueología y la
riqueza cultural para atraer a un nuevo tipo de turista, amante de
la naturaleza y que busca que su viaje vaya más allá del mero
descanso y se convierta en toda una experiencia vital.
Costa Rica, Panamá, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras y
Belice han acudido, con un expositor conjunto, a Londres a la
trigésima edición del World Travel Market, una de las ferias de
turismo más importantes del mundo, que comenzó hoy en Londres.
Además, Costa Rica, Panamá y Belice también han montado un
"stand" individual, lo que se explica por la mayor cantidad de
visitantes que reciben anualmente.
Las tortugas en Nicaragua, los restos de la civilización maya en
Guatemala, los volcanes en El Salvador, la historia de la época
colonial de Honduras, los parques naturales de Panamá o la
diversidad biológica de Costa Rica son sólo algunos exponentes de
esta tendencia hacia el "ecoturismo".
En general, Centroamérica busca "un turista al que le interese
compartir experiencias con el ciudadano local, que le guste la
naturaleza", explicó a EFE María Amelia Revelo, del Instituto
Costarricense de Turismo.
Interrogados sobre la importancia de cuidar los destinos
naturales con los que pretenden atraer a los turistas y de no
saturarlos para que no pierdan su carácter único, los representantes
centroamericanos subrayaron que cada país tiene sus normas para
proteger el medio ambiente y que por ahora el turismo es algo
demasiado incipiente como para poder perjudicar su biodiversidad.
Temas como la seguridad en Nicaragua -un estigma que arrastra el
país desde los años 80- o Guatemala preocupan a los touroperadores,
según admitieron los portavoces de ambos países en esta edición del
World Travel Market, aunque recordaron que los incidentes con
turistas son "muy escasos".
La crisis económica ha provocado que este año mengüe el número de
visitantes recibidos por Costa Rica, El Salvador y Panamá, mientras
que Guatemala y Nicaragua aumentaron -sorprendentemente- sus
estadísticas.
Mención aparte merece Honduras, donde la crisis política que se
desató a finales de junio y que acabó con Roberto Micheletti al
frente del país en detrimento de Manuel Zelaya cambió bruscamente la
tendencia al alza registrada hasta ese momento, ya que durante el
primer semestre se había recibido un 6,5 por ciento más de
visitantes que en 2008.
La mayor caída se produjo en Costa Rica, donde fuentes
gubernamentales aseguraron a EFE que se espera cerrar el año con un
descenso del 8 por ciento en el número de turistas y de entre un 15
y un 20 por ciento en los ingresos generados por este sector, el
cual representa el 8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Los costarricenses recibieron en 2008 a más de dos millones de
visitantes, quienes desembolsaron en el país unos 2.000 millones de
dólares.
Otro país golpeado especialmente por la recesión fue El Salvador,
cuyo ministro de Turismo, Napoleón Duarte, cuantificó la disminución
en el número de visitas de "entre el 7 y el 8 por ciento" respecto
al año anterior, cuando viajaron hasta allí 1.400.000 personas.
Mejor le fue a Panamá, donde la caída se situará a finales de
2009 en un 2 por ciento respecto al año anterior, aunque para
conseguirlo se bajó el precio hasta un 25 por ciento en algunos
meses del año.
"En 2008 ingresamos 1.800 millones de dólares, lo que supone el
10 por ciento de nuestro PIB, y prevemos acabar 2009 en 1.700
millones de dólares", explicó un optimista Salomon Shamah, ministro
de Turismo panameño.
En el extremo contrario se situó Guatemala, por donde a final de
año se espera que hayan pasado 1.800.000 turistas, cerca de un 10
por ciento más que hace un año, según el viceministro de Turismo,
Guillermo Novielly.
Un porcentaje similar también espera crecer Nicaragua, donde
confían en que el número de turistas extranjeros recibidos este año
acabe siendo más de un 5 por ciento superior al de 2008, lo que
supondría alcanzar la cifra de 850.000 visitantes y unos ingresos de
300 millones de dólares procedentes del sector. EFE