Estrasburgo (Francia), 14 ene (EFE).- El expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, afirmó hoy que, gracias a la respuesta de los bancos centrales y los gobiernos, se ha evitado una crisis "peor" que la "Gran Depresión" de 1929, aunque reconoció los altos costes que han supuesto las medidas adoptadas.
Trichet dijo ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, que esta es "la peor crisis" desde la II Guerra Mundial" y que en ese contexto se debe evaluar el trabajo de la troika, que el Parlamento Europeo está investigando con visitas a países rescatados y audiencias con responsables europeos.
"Si los bancos centrales del mundo no hubieran sido muy audaces y muy ágiles en sus decisiones, y si los Gobiernos no hubieran sido también muy audaces y muy ágiles, habríamos tenido la peor crisis desde la Primera Guerra Mundial", aseguró.
Según Trichet, "podíamos haber llegado a una situación peor que la crisis de 1929".
El expresidente del BCE indicó de manera reiterada que es necesario juzgar las decisiones tomadas teniendo en cuenta el contexto de urgencia y pidió que no se subestime las dificultades que tuvieron que afrontar las instituciones ante la crisis.
"Impedimos la gran depresión que se dejaba entrever, pero no evitamos la gran recesión, y por supuesto hay un gran precio que ha sido pagado por todas las economías avanzadas", admitió Trichet, quien reconoció también que la respuesta dada quedó "lejos de lo óptimo".
Trichet repasó la evolución de la crisis desde que el estallido de las hipotecas suprimes y la caída del banco de inversión Lehman Brothers, en septiembre de 2008, hasta que la zona del euro se colocó en el epicentro de la misma, y criticó a los socios de la moneda única, especialmente a "los grandes", que no aplicaron correctamente el Pacto de Estabilidad europeo.
"No gobernamos correctamente la zona del euro y Europa en general, no se aplicó el Pacto de Estabilidad como deberíamos, ni seguimos los indicadores de competitividad", consideró Trichet, quien recalcó la necesidad de tomar medidas para "volver al equilibrio" presupuestario, algo sin lo que "no había salida posible".
Alemania y Francia, recordó Trichet, incumplieron antes de la crisis en varias ocasiones esta regla que limita a un 3 % del PIB el déficit público que puede acumular un país, lo que "no dio muy buen ejemplo" a otros países que acumularon un déficit excesivo, como Portugal o Grecia.
En el caso de España e Irlanda, que sí cumplían con el citado límite antes del inicio de las turbulencias económicas, el expresidente del BCE apuntó a la pérdida de competitividad acumulada y a sus burbujas inmobiliarias.
Trichet defendió también la intervención de Fráncfort con la compra de deuda española e italiana en el verano de 2011 para relajar la tensión de los mercados que había disparado sus primas de riesgo, sin la que "estaríamos en una situación totalmente diferente", una decisión que dio credibilidad al BCE de cara a posteriores actuaciones.
En ese contexto, negó haber "negociado" con el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, para que tomara medidas a cambio de esta medida, en referencia a la misiva que envió al mandatario en agosto de ese año para pedirle que actuara ante lo delicado de la situación del país.
Una de las principales críticas de los eurodiputados a la troika es el que no se rinda cuentas ante los ciudadanos de las decisiones de la tríada, lo que supone, en palabras del diputado socialista francés Liem Hoang Ngoc, un "problema de legitimidad democrática".
Trichet subrayó la dificultad de actuar teniendo en cuenta las tensiones de los mercados y, a la vez, seguir los procesos democráticos, dado que "Europa no es una federación".
Los eurodiputados han citado a Trichet en el marco de la ronda de audiencias con responsables implicados en la tríada de acreedores internacionales, formada por el propio Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Tras la comparecencia de Trichet, precedida este martes por la del vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, mañana es el turno de Klaus Regling, director gerente del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). EFE
mtm-lmi/mb/jla