Los expertos de Bank of America (NYSE:BAC) destacan que el conflicto bélico amenaza con una crisis de precios y una "recisión global" provocada por "accidentes en los mercados financieros, la subida del petróleo y un ciclo de escalada de sanciones militares".
En su opinión, mientras no haya señales de un final de la guerra, "los inversores deben ser defensivos al máximo" porque "la guerra es inflacionaria". Buena prueba de ello es que los precios de las materias primas han registrado su comienzo de año más alcista desde 1915.