Uno de los mecanismos más habituales para desincentivar las retiradas de dinero y mantener la visión de largo plazo del partícipe en el fondo pase lo que pase en el mercado son las famosas comisiones de reembolso, temporales o durante toda la vida de la inversión. Estas comisiones pueden verse en los fondos garantizados o en los fondos con objetivo de rentabilidad, pero no son tan normales en el resto de fondos, los que siempre están abiertos y tienen una gestión activa. “Los buenos fondos ponen comisiones de entrada, no de salida. En los malos fondos, ocurre lo contrario, tienen comisiones de reembolso y no de suscripción, o tienen las dos”, apunta un asesor financiero.
En un reciente informe del IEB sobre Reflexiones Jurídicas y Financieras Pos-Covid-19, el profesor del máster en International Finance y asesor sénior de Grant Thornton, Carlos Fernández, explica algunas otras soluciones que las gestoras españolas están estudiando y que en otros países ya se implementan. Una de ellas son los cargos o ajustes por dilución (‘dilution levy/adjustment’), que se aplican cuando se producen entradas o salidas de grandes inversores en los fondos, para evitar que los partícipes que quedan en el fondo carguen con los costes del rebalanceo de la cartera.