La gestora, que ahora cumple su segundo año de vida, ha registrado el fondo Valentum Magno, una evolución hacia la flexibilidad y las grandes capitalizadas con respecto a lo que es hoy su fondo estrella Valentum. Su nuevo producto se centra en cotizadas de mayor tamaño y, sobre todo, elevada liquidez. “El vehículo mantendrá la misma filosofía de inversión de Valentum, pero queremos que sea muy líquido. Esto nos dará, además, la oportunidad de hacer estrategias de derivados, algo que ya hacemos para los valores grandes de Valentum, pero aplicándolo a la mayor parte de los valores del fondo”, explica Domínguez, uno de los dos socios fundadores y cogestor. En su opinión, la nueva estrategia de la boutique “aporta alfa y resta volatilidad”.
Su buque insignia es una combinación de dos estilos de inversión distintos pero complementarios. Por un lado, aplica la herencia del ‘value investing’. Busca invertir en compañías de alta calidad, con un balance sólido, un equipo directivo de confianza y probada experiencia, una estrategia de negocio que favorezca el crecimiento orgánico a largo plazo y un precio de cotización por debajo de su valor objetivo. Por otro, le suma el factor ‘momentum’ de corto plazo, donde se afanan en buscar catalizadores que afloren el valor de las empresas tras reestructuraciones, cambios en el equipo directivo o movimientos estratégicos de carácter geográfico o sectorial. En el año, baja algo más de un 8% tras recuperar una buena parte desde los mínimos de finales de marzo, si bien el año pasado subió un 15,7%, según Morningstar.