Investing.com - La cotización del EUR/USD ha marcado un nuevo mínimo intradía en los 1,0670 dólares, un nivel que no visitaba desde el pasado 15 de marzo, fecha de la última reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal de Estados Unidos, en la que el tono menos ambicioso de lo esperado por parte de la autoridad monetaria propició una oleada de ventas en el dólar.
La moneda común europea, sometida a una gran presión en la sesión americana de ayer, trataba de remontar posiciones en la apertura europea de hoy, alentada por el buen dato de inflación en Francia y, sobre todo, por la evolución favorable de las ventas minoristas y el mercado laboral en Alemania.
De este modo, la divisa comunitaria comenzó a remontar posiciones frente al dólar desde los 1,0674 dólares, hasta volver a llamar a las puertas de los 1,07 justo minutos antes de la publicación de los datos de IPC de la zona euro y la última intervención pública del miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europero (BCE), Benoît Coeuré.
La fuerte desaceleración de la inflación prevista para la eurozona en el mes de marzo, sumada al discurso “dovish” del miembro del BCE han tenido un efecto inmediato en el euro, que cede terreno frente al billete verde, cuando faltan apenas unas horas para la publicación de nuevos datos sobre el índice de precios del gasto en consumo personal en Estados Unidos, indicador utilizado por la Fed para calcular la evolución de los precios en el país del Tío Sam.
De este modo, a falta de lo que puedan deparar las cifras que ofrecerá hoy la Oficina de Análisis Económico del Gobierno estadounidense, el euro afronta sus horas más bajas desde la última decisión de tipos de interés de la Fed.
Así, la moneda común se ha visto lastrada en las últimas sesiones, no sólo por la notable desaceleración de la inflación en la zona euro (ayer Alemania hacía saltar las primeras alarmas), sino también por la activación oficial del artículo 50 del Tratado de Lisboa por parte del Reino Unido para abandonar la Unión Europea, y por las pacatas declaraciones de los mandamases del BCE, que llevan la prudencia por bandera.
En las últimas intervenciones, solo Sabine Lautenschläger conseguía insuflar algo de fortaleza al euro, al dejar entrever el pasado lunes en una entrevista concedida a CNBC que el banco central podría acometer cambios en sus políticas monetarias “tan pronto como los datos sean estables y muestren un camino sostenible hacia el objetivo de inflación”.
Estas palabras y los problemas del nuevo Gobierno estadounidense para derogar el \"Obamacare\" llevaron al EUR/USD a tocar los 1,09 dólares, su nivel más alto desde el 11 de noviembre, tan solo dos días después de la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
En ese momento, la Fed decidió echar a volar a sus “halcones” y desde entonces el tono más ambicioso de los banqueros centrales estadounidenses, sumado a la ayuda inestimable de los datos económicos, como la última revisión al alza del PIB de Estados Unidos, han conseguido restar más de 200 pips al euro en el escaso margen de cuatro días.