Por Gabrielle Tétrault-Farber y Tom Balmforth
MOSCÚ (Reuters) - Los aficionados de la selección de Croacia que están llegando a Moscú para la final del Mundial el domingo ante Francia esperan que su equipo pueda saldar una vieja deuda ante el elenco francés que data de 1998.
Ese año, los sueños de Croacia de llegar a su primera final mundialista se vieron truncados cuando Francia se impuso 2-1 para meterse en la final, en la que goleó a Brasil para levantar la Copa por primera y hasta ahora única vez en su historia.
"Nos la pagarán", dijo Drazen Karakasic, un banquero de 47 años de Zagreb, que vestía la camiseta de su equipo en Moscú.
Un día antes de la final, los croatas con sombreros a cuadros rojos y blancos ondeaban banderas nacionales y cantaban en una calle peatonal que se ha hecho popular entre los hinchas de fútbol que llegan a la capital rusa para ver el Mundial.
"Ellos pelean todo el tiempo para lograr lo que quieren", dijo el croata Nikola Kresic sobre su selección. "Tal vez no tengamos el mejor equipo, pero seguro que nuestros futbolistas tienen más corazón".
El éxito de Croacia, un país de 4,2 millones, ha sido una sorpresa para todos, incluidos sus propios hinchas.
Para Nicolas Grbac, que no ha vivido en su Croacia natal desde que se fue siendo niño en 1989, antes de la violenta separación de Yugoslavia, la afluencia de aficionados de su patria lo ha hecho sentir como en casa.
"Es realmente genial debido a toda la gente de mi país con la que me he encontrado, incluso de mi ciudad natal", dijo Grbac. "Es una gran fiesta de fútbol".
(Editado en español por Javier Leira)