Madrid, 9 abr (.).- ACS (MC:ACS) ha manifestado su interés en participar, junto con otros posibles inversores entre los que se encuentra el banco de inversión italiano Cassa Depositi e Prestiti (CDP), en la compra de la red de autopistas de ASPI (Autostrade per l'Italia).
Un proceso en el que, según distintas fuentes, estaría abierta también a dar entrada a los fondos de inversión Blackstone (NYSE:BX) y Macquarie.
Según ha apuntado el grupo español, en la carta remitida al consejo de administración de su socio italiano Atlantia (MI:ATL) en la que manifiesta su interés por adquirir su participación en ASPI -la red de autopistas más grande del país-, se fija un valor indicativo de empresa de entre 9.000 y 10.000 millones de euros, ha señalado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Precisamente, CDP junto a los fondos Blackstone y Macquarie han presentado una oferta por el conglomerado de autopistas que ronda los 9.000 millones. Sin embargo, Atlantia ya señaló a mediados de febrero que la oferta del Estado italiano para comprar su filial estaba por debajo de sus expectativas y lejos de los, al menos, 11.000 millones que estimaban los accionistas que vale.
En este sentido, pese a que Atlantia había rechazado en tres ocasiones la oferta de CDP, ahora empezará a estudiar una nueva, que ha sido mejorada, según han señalado a EFE fuentes conocedoras.
El consejo de administración de Atlantia se reunió ayer para comenzar a estudiar la oferta vinculante para hacerse con el 88 % de ASPI presentada el 31 de marzo por CDP y los fondos y "tomó nota" del interés de ACS por participar en la operación "en consorcio con otros inversores italianos e internacionales".
Tras la manifestación de interés remitida por ACS a sus socios en Abertis (MC:ABE), las acciones de la concesionaria italiana se dispararon en la Bolsa de Milán un 3 %.
Después de la tragedia por el derrumbe del puente en Génova en el que fallecieron 43 personas, el Ejecutivo de Giuseppe Conte, que acababa de tomar posesión por entonces, amenazó a la compañía con la retirada de las concesiones de las autovías italianas, y Atlantia, controlada por la familia Benetton, aceptó salir de Autostrade.