La Haya, 28 oct (.).- La introducción de un impuesto de transferencia más alto a los inversores en viviendas en Países Bajos está surtiendo el efecto buscado, con una importante reducción de compra de casas para su posterior venta o alquiler a terceros, según datos preliminares del Registro de la Propiedad neerlandés (Kadaster).
Los inversores compraron 10.384 viviendas en los primeros seis meses de este año, lo que supone la cifra más baja desde 2013, pero también es el equivalente al 7,4 % de todas las propiedades que salieron al mercado, según esos datos recogidos por la televisión neerlandesa NOS.
En el segundo semestre de 2020, justo antes del aumento de este impuesto (que pasó del 2 al 8 %), los inversores compraron más de 40.000 viviendas y casi 20.000 en el primer semestre de 2020, un 20,9 y un 14 % respectivamente.
“El efecto de este impuesto (de transferencia) más alto es claramente visible", dice Paul de Vries, experto en mercado inmobiliario del Registro de la Propiedad.
Desde el pasado 1 de enero, los inversores tienen que pagar un 8 % sobre el precio de compra de una casa, un impuesto de transferencia más elevado que el de aquellos que adquieren una residencia como primera vivienda, y que busca disuadir a los inversores en favor de los ciudadanos que quieran comprar una casa para vivir en ella.
Además, los jóvenes menores de 35 años que compran su primera vivienda en Países Bajos no tienen que pagar ese impuesto, y los mayores deben desembolsar solo un 2 % del precio de la vivienda que adquieren en concepto de tasa de transferencia.
Se consideran oficialmente “inversores” aquellas personas o empresas que poseen tres o más viviendas, pero no se contabilizan quienes cuentan con dos viviendas porque es un “grupo difuso” y no tiene por qué ser una cuestión de inversión, sino de padres que han comprado una casa para su hijo o una residencia de vacaciones.
Hoy, el 8,6 % de todas las viviendas en Países Bajos están en manos de inversores, un porcentaje que varía a nivel local, elevándose al 21 % en Ámsterdam y el 19 % en La Haya.
La crisis de la vivienda es uno de los problemas más urgentes para el futuro Gobierno neerlandés, aunque el actual ejecutivo -que lleva en funciones desde el pasado enero- está tratando de buscar vías para reducir una escasez que no tiene precedentes en el país.
Los municipios podrán excluir a los inversores a partir del próximo año y determinar así si una casa en un distrito solo puede ser comprada por alguien que la quiere como primera vivienda, lo que, combinado con el impuesto de transferencia más alto, podrá reducir aún más la inversión en viviendas.