Bruselas, 19 sep (EFE).- El presidente la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), Andrea Enria, advirtió hoy del riesgo de "polarización" si no se aplican unas regla comunes de supervisión bancaria para la zona de euro y los países que se acojan al control único que ejercerá el Banco Central Europeo (BCE).
"El Banco Central Europeo debe moverse muy rápido hacia unas reglas comunes, no puede haber diferentes reglas dentro de un supervisor bancario único", señaló Enria en una intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
Enria alertó de que las discusiones que se están llevando a cabo en torno a la propuesta de la Comisión Europea para dotar al BCE de poderes de supervisión único de todos los bancos de la zona euro y de los de aquellos países que se quieran unir voluntariamente dejan "aún demasiado espacio a la flexibilidad nacional".
Además, el presidente de la EBA consideró que existe un riesgo de polarización en el caso de que se apliquen unas reglas únicas en la zona euro y otras distintas en el resto de la Unión Europea.
"Hay que impulsar una manera única de hacer la supervisión en la zona del euro y movernos en la misma dirección en la totalidad del mercado interior único" (es decir, en el conjunto de la UE), afirmó.
En la cumbre europea de junio se acordó que la creación de un supervisor bancario único es un requisito previo para poner en marcha la recapitalización directa de la banca en Europa.
La propuesta de la CE plantea que el BCE asuma este papel y supervise toda la banca de la UE, aunque quedan aún importantes cuestiones por resolver, como de qué manera se podrían integrar en el supervisor bancario aquellos países de fuera de la eurozona que así lo solicitaran.
Según la propuesta, el BCE debería asumir este papel el próximo 1 de enero, lo que corre el riesgo de retrasarse debido a las discrepancias entre los Veintisiete.
La creación del supervisor bancario único es un requisito previo para que el MEDE pueda prestar directamente a los bancos, tal y como se acordó en la cumbre europea de junio. EFE