Teresa Bouza
Washington, 21 sep (EFE).- Los sueldos de los banqueros y las
reservas de capital del sector financiero centrarán la cumbre del
G20 los próximos días 24 y 25 en Pittsburgh (Pensilvania), a donde
EE.UU., Europa y los países en desarrollo viajan con intereses
distintos.
Los representantes de la Unión Europea (UE) desembarcarán en
Pittsburgh con un frente unido, tras alcanzar un acuerdo la noche
del jueves que pide reglas vinculantes a nivel global para el sueldo
de los banqueros y controles a sus bonificaciones.
"Europa está unida en un sólido mensaje político", dijo triunfal
el presidente francés, Nicolas Sarkozy, adalid donde los haya de
reducir los estratosféricos salarios de la banca.
Tanto Sarkozy como la canciller alemana Angela Merkel aducen que
la actual crisis es en parte resultado del excesivo riesgo asumido
por unos banqueros preocupados sólo con sus millonarias tajadas.
La UE pedirá también la próxima semana que la mayoría de las
bonificaciones se difieran en el tiempo y que sea posible
cancelarlas si los resultados de las entidades no son buenos.
De esa manera se pretende poner fin a casos como los de Goldman
Sachs, Morgan Stanley y JP Morgan, tres de los bancos de EE.UU.
receptores de la ayuda del Gobierno y que pagaron miles de millones
más de dólares en bonificaciones de lo que ganaron en el 2008.
Los europeos evitarán, eso sí, pedir un techo para las
remuneraciones, una propuesta que se topó con la oposición de
Washington y Londres.
El celo regulador de los europeos ha generado cierta ansiedad en
Washington y más aún en Wall Street, donde se contempla con horror
la idea de que el Gobierno fije los sueldos del sector privado.
Aun así, Michael Froman, representante de la Casa Blanca ante el
G20, adelantó que EEUU viaja a Pittsburgh con la intención de lograr
un paquete "robusto" de reformas sobre la estructura salarial de la
banca, así como la gobernabilidad y transparencia del sector.
Más entusiasmo genera en Washington la propuesta del secretario
del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, para aumentar las
reservas de capital de los bancos.
Geithner ha logrado un apoyo sustancial para su programa pero
todavía no hay cifras concretas sobre los niveles que se requerirán,
algo que podría concretarse la próxima semana. Canadá ha dicho que
será competencia de cada país fijar los niveles de reservas.
Sobre la mesa de trabajo estará también el cambio climático, otro
tema que provoca fricciones transatlánticas.
Fredrik Reinfeldt, primer ministro de Suecia, país que ocupa la
presidencia de turno de la UE, ha dicho que Europa busca una señal
"más clara" de que EEUU reducirá sus emisiones de carbono.
En similares términos se refirió el diplomático de la Comisión
Europea en Washington, John Bruton, quien expresó esta semana su
temor a que el Senado estadounidense aplace la aprobación de un
proyecto de ley sobre el cambio climático hasta el año que viene.
De ser así, la legislación llegaría tras la reunión de diciembre
en Copenhague, que busca un gran acuerdo sobre el cambio climático
para reemplazar al Protocolo de Kioto, que expira en el 2012.
Europa se ha comprometido a reducir en al menos el 20 por ciento
las emisiones contaminantes para el 2020 frente a los niveles de
1990 y quiere que otros países sigan sus pasos.
Por lo demás, se espera que países emergentes como China, Brasil,
Argentina, México, Rusia e India hagan hincapié en la necesidad de
acelerar la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros
organismos internacionales para dar más voz al mundo en desarrollo.
El tema estuvo también sobre la mesa de negociaciones durante el
reciente encuentro de ministros de Economía y Finanzas del G20 en
Londres, que dijeron esperar un "progreso sustancial" en Pittsburgh.
Pese a esa declaración de intenciones, no se anticipan cambios
sobre la actual agenda que prevé que las reformas se completen en
marzo del 2010 en el Banco Mundial y en enero del 2011 en el FMI.
En lo que parece haber consenso es en la necesidad de mantener
los billonarios paquetes de estímulo que se pusieron en marcha para
mantener a flote las agonizantes economías mundiales.
El G20 está integrado por la Unión Europea, el G7 (EE.UU.,
Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia) y Corea del
Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México,
Arabia Saudí, Suráfrica, Turquía y Rusia. EFE