Shanghái (China), 11 ene (EFE).- La Comisión Reguladora del Sector Asegurador de China ha solicitado a Ping An, la segunda mayor aseguradora del país, más información sobre el plan de venta de la participación del banco británico HSCB en la compañía, de un 15,57 por ciento, al grupo alimenticio tailandés Charoen Pokphand.
La operación, anunciada en diciembre, peligra cada vez más, después de que la prensa china revelase que un oscuro intermediario chino de dudosa reputación fue quien en realidad medió en la sombra para hacerla posible.
En los últimos días el caso se había complicado aún más, al confirmarse que el Banco de Desarrollo de China (CDB), que depende del Consejo de Estado (Ejecutivo), y que había apalabrado financiar una parte clave del trato, se ha echado atrás ante las revelaciones de la prensa.
La petición de más información por parte del regulador fue revelada hoy mediante un comunicado.
"La declaración del regulador debería tener un impacto positivo en las acciones de Ping An, ya que supone que el acuerdo todavía podría seguir adelante", señaló la analista Qiu Peng, gestora de inversiones de la corredora shanghainesa Western Securities, recoge hoy el diario Shanghai Daily.
El regulador oficial debe responder a la solicitud de traspaso de acciones de Ping An antes del 1 de febrero, y "si el acuerdo no consigue el visto bueno de la Comisión para entonces, o si esa fecha límite se prorroga, las posibilidades de que salga adelante son muy escasas", dijo Li Wenbing, analista del Banco de China.
Charoen, el conglomerado del mayor multimillonario tailandés, Dhanin Chearavanont, acordó en diciembre hacerse con la participación del HSBC en Ping An por cerca de 9.400 millones de dólares (7.200 millones de euros).
Los problemas para el trato comenzaron cuando la revista Caixin reveló que Charoen consiguió gran parte del dinero para la operación a través de un intermediario chino, que reunió el capital mediante préstamos de tres bancos comerciales locales chinos.
El intermediario fue Xiao Jianhua, un genio de las finanzas con pasaporte canadiense, famoso en China porque estuvo muy cerca de verse inculpado en un escándalo financiero en 2007.
El anuncio de la venta de las acciones de Ping An se produjo poco después de que The New York Times acusara al primer ministro chino, Wen Jiabao, de tener inversiones ocultas en la aseguradora, lo que hace que la compra de Charoen se perciba como un paso en el proceso de poner Ping An en manos más de su confianza.
Charoen no tiene ninguna experiencia en el negocio de los seguros, pero sí buenas relaciones con Pekín.
La compra se dividió en una primera fase, con la adquisición del 20 por ciento de las participación en manos del HSBC, con fondos propios de Charoen, y en una segunda para el resto, mediante una combinación de efectivo y de préstamos por parte del CDB que, tras descubrirse las maniobras de Xiao, no se producirán.
Es esa segunda fase del acuerdo la que está pendiente de aprobación por el regulador antes del 1 de febrero.
De no llevarse a cabo la compra, HSBC verá frustrados sus planes de deshacerse de su participación en Ping An, con lo que esperaba reunir fondos para pagar una multa de 1.920 millones de dólares (1.462 millones de euros) en Estados Unidos por lavado de dinero. EFE