Berlín, 8 jun (EFE).- La industria aérea mundial tiene
actualmente una deuda de 216.000 millones de euros (257.000 millones
de dólares), tras incrementarse el pasado año en 37.000 millones de
euros (44.000 millones de dólares), según el director general y
consejero delegado de la Asociación Internacional del Transporte
Aéreo (IATA), Giovanni Bisignani.
En 2009, un año "trágico" para la aviación, debido a la crisis,
la industria ingresó 68.000 millones de euros (81.000 millones de
dólares) menos, aunque Bisignani prevé que este año será posible
recuperar 50.000 millones de euros (60.000 millones de dólares), con
lo que, no obstante, aún estará por debajo de la cifra de
facturación del 2008.
El endeudamiento de la industria se debe a que su margen de
rentabilidad es muy pequeño, de tan sólo un 0,5%, y "no se puede
vivir, sin ganar prácticamente nada", precisó Bisignani, quien
añadió que, en los últimos dos años, se han visto obligadas a
abandonar la IATA 30 aerolíneas.
Bisignani compara estos datos con el impacto que tuvieron en la
industria los atentados del 11-S, que afectaron principalmente a los
mercados estadounidense y europeo, provocando una pérdida de
ingresos de 20.000 millones de dólares.
El sector tardó entonces casi tres años en recuperarse y, aunque
se trataba más bien de un "shock" que de una crisis como ahora,
Bisignani estimó que en esta ocasión, se necesitará un tiempo
similar para retornar a los resultados de antes de la recesión.
Los datos de los primeros meses de 2010 apuntan ya a una
evolución más positiva en todas las regiones del mundo, a excepción
de Europa, debido a la crisis financiera, a la que se han sumado las
pérdidas producidas a raíz del cierre del espacio aéreo a causa de
la nube volcánica, procedente de Islandia, o la imposición de nuevas
tasas a la industria, como la medioambiental anunciada hoy por
Alemania que supondrán un coste anual de 1.000 millones de euros
para las aerolíneas.
Para Bisignani es "una vergüenza" que el Gobierno germano imponga
una tasa para aliviar el déficit público, pero utilice la excusa de
"iniciativa verde" para venderla.
El ejecutivo recordó lo que pasó en Holanda, cuando hace un año
se impuso una tasa parecida, con la que se pretendía recaudar 1.500
millones de euros al año, y, tras ocho meses, el Gobierno decidió
retirarla, al ver el descenso en el número de pasajeros que provocó
la medida.
Mientras los gobierno europeos adoptan este tipo de medidas que
encarecen el transporte aéreo, las compañías hacen un esfuerzo para
abaratarlo, sacrificando la rentabilidad, y animar, así, a la
demanda, que en Europa tardará en recuperarse frente a un
crecimiento del 7,1% del tráfico mundial de pasajeros en lo que va
de año y del 18,5% del de carga.
Gracias a que el aumento de capacidad, del 5%, ha sido inferior
al de la demanda, se ha podido frenar un poco esa bajada de los
precios, problema, que no obstante, todavía persiste en Europa,
donde Bisignani recomienda manejar mejor la oferta.
El transporte aéreo, para tratar de tener al pasajero de su
parte, ha sido la industria que más ha bajado sus precios, más de un
40%, reducción sólo comparable con la de telefonía móvil.
El problema de Europa es que, además de un débil crecimiento de
la economía, cada estado miembro de la UE hace su política exterior,
de defensa o económica, lo que supone un gran riesgo.
En este sentido reprochó a Europa la respuesta a la crisis del
volcán, utilizando un modelo matemático poco efectivo en esos casos
y, además, los ministros de Transportes de la UE tardaron cuatro
días en reunirse para analizar la situación.
Otra cuestión que supone un freno al crecimiento de la demanda
son los controles de seguridad, especialmente molestos en EEUU y
Europa, por lo que Bastigani reivindica que se dé un trato más
atento al pasajero. EFE