Por Balazs Koranyi y Francesco Canepa
FRÁNCFORT (Reuters) - El Banco Central Europeo (BCE) elevó el jueves las perspectivas de crecimiento económico e inflación para la zona euro, pero mantuvo su promesa de seguir estimulando la economía el tiempo necesario, previendo que la inflación siga por debajo de su objetivo en 2020.
El banco central mantuvo los tipos de interés clave y también se atuvo a su discurso de intenciones para el próximo año, pese a la presión de algunos responsables para reconocer explícitamente la fortaleza de la recuperación en la zona euro y seguir más de cerca la senda de endurecimiento monetario de la Reserva Federal de Estados Unidos.
El euro alcanzó un máximo de 1,186 dólares tras las previsiones mejoradas del BCE para este y los próximos dos años. La inflación, sin embargo, se espera que se sitúe en el 1,7 por ciento en 2020 - por debajo de su meta oficial de cerca del 2 por ciento - a pesar de una leve mejora de las expectativas de los precios.
"La revisión de las previsiones macroeconómicas va en la dirección correcta", dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en conferencia de prensa, apuntando que una tenue alza salarial sugería que seguía siendo necesario un "amplio" grado de estímulos.
En un mensaje con matices, añadió que confiaba ahora más que hace dos meses en alcanzar la meta de inflación y dijo que no veía un efecto negativo en el endurecimiento monetario de la Fed, que elevó los tipos el miércoles.
Seis semanas después de acordar reducir a la mitad las compras de activos a partir de enero, el BCE reiteró su compromiso a seguir comprando bonos al menos hasta finales de septiembre y mantener la reinversión de la deuda que va venciendo hasta mucho después para ayudar al repunte del crecimiento y la inflación.
Tras cinco años de anemia inflacionaria, el BCE ha usado un arsenal monetario reduciendo los tipos incluso a territorio negativo, dando créditos baratos y comprando bonos por un importe sin precedentes de 2,55 billones de euros.
Su esfuerzo ha dado resultado con la recuperación de la zona euro, aunque esta es más fuerte de lo esperado anteriormente.
La rápida expansión alimenta los argumentos de los responsables de política monetaria más conservadores de que el BCE es demasiado lento y debería ser más decisivo al señalar el final de las compras de bonos para mantener su capacidad de acción después de que la crisis alcanzase sus límites.
Algunos halcones en Fráncfort quieren que Draghi siga preparando a los mercados para el final de las compras en algún momento del año que viene.
Pero Draghi dijo que no se debatió ni una fecha límite formal para el final del programa ni una reducción del vínculo entre la inflación y las compras, algo por lo que abogaban en los últimos meses algunos influyentes responsables de la política monetaria.