Lisboa, 24 nov (EFE).- Los sindicatos lusos aseguran que las primeras horas de la huelga general organizada hoy en Portugal han sido un éxito, aunque el Gobierno da cifras muy bajas sobre su repercusión en la Administración pública, de solo un 3,6 por ciento.
En declaraciones a EFE, Joao de Deus, presidente de la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), una de las grandes centrales convocantes del paro, afirmó que "está teniendo más impacto" que el organizado hace justo un año, cuando según los sindicatos, cerca del 75 % de los trabajadores se sumaron.
Pero tanto aquel día como hoy las cifras del Gobierno, entonces socialista y ahora conservador, apuntan a una repercusión mucho menor en las instituciones publicas, donde sólo 12.800 del total de 355.305 empleados estaban en huelga a las 11.35 hora local y también GMT.
El ministro de Asuntos Parlamentarios, Miguel Relvas, el único que ha comentado hasta ahora oficialmente el paro, expresó que el Gobierno luso respeta el derecho de huelga pero recordó la magnitud de los retos que afronta Portugal, sujeto a las duras condiciones del rescate financiero internacional que pidió en mayo.
"Hay que tener conciencia de la situación en que el país se encuentra y que sólo podrá ser superada con rigor y sacrificios", apuntó Relvas, que evitó pronunciarse sobre la incidencia de la protesta.
Diversas fuentes de las centrales sindicales consultadas por Efe no quisieron aun dar datos sobre el seguimiento de la huelga a nivel nacional, aunque varios sindicatos sectoriales aseguraron que era masiva en el transporte público y mayoritaria en los centros de salud, en la educación y en los servicios municipales.
Sin embargo, el comercio, las actividades de bancos y las empresas privadas de servicios funcionaban con bastante normalidad en Lisboa, Oporto y otras ciudades importantes de Portugal.
Ni los sindicatos ni las empresas privadas han hecho estimaciones sobre el paro en la industria y los puertos, aunque el cinturón industrial de Lisboa sí parecía muy afectado y algunas de las mayores fábricas del sector automotriz interrumpieron la producción.
Está prevista una evaluación sindical de la jornada al final de la tarde, hora local, mientras el Gobierno luso anunció que no facilitará datos sobre su seguimiento fuera de la Administración y se limitó a insistir en que los "sacrificios" que están tomando los portugueses "van a valer la pena".