Madrid, 5 abr (EFE).- La Bolsa española cerró hoy totalmente plana una sesión de infarto, pese a su carácter semifestivo, en la que llegó a sufrir fuertes pérdidas por la desconfianza hacia el futuro de algunos países del euro.
Al cierre, ayudado por las ganancias de Wall Street, el indicador selectivo IBEX 35 bajó de manera imperceptible, solo dos décimas, y se colocó en los 7.660,5 puntos, nivel que sigue marcando la posición más baja de los últimos tres años, desde marzo de 2009.
Aun así, concluye hoy la peor semana del año, con un retroceso acumulado del 4,4 por ciento, que se amplia al 10 por ciento si se tiene en cuenta la caída acumulada desde enero.
La prima de riesgo -uno de los principales indicadores de la confianza que genera España en el cumplimiento de sus obligaciones con sus acreedores- se elevaba poco antes del cierre hasta los 403 puntos, algo que no ocurría desde finales de 2011, antes de que el Gobierno de Mariano Rajoy iniciara su agenda reformista.
Detrás de esta fuerte inestabilidad de los mercados se encuentran las dudas sobre la capacidad de crecimiento de los países periféricos de Europa, y en concreto acerca de si España podrá cumplir con los objetivos de reducción de déficit en un entorno de recesión, como el actual.
En Europa, la evolución de las bolsas fue similar, dado que París se dejó un leve 0,19 %, Milán un 0,20 %, y Fráncfort un 0,13 %, en tanto que Londres se anotó una ganancia del 0,35 por ciento.
En los últimos días varios analistas y firmas de bolsa han mostrado sus dudas sobre la capacidad que tiene España de cumplir con sus objetivos de déficit en un entorno de recesión, como el actual.
En un informe emitido hoy, los analistas de Société Générale creen que el proyecto de presupuestos que acaba de aprobar el Gobierno han empeorado "la confianza en la capacidad de España para gestionar el equilibrio entre la austeridad y el crecimiento".
Hoy, en declaraciones a EFE, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, reconoció los "ataques" que están sufriendo España y otros países del entorno, y que está generando una gran "volatilidad y nerviosismo" en los mercados.
Según dijo, detrás de esta situación se encuentra la percepción de que Europa ha entrado en una fase de desaceleración, que no ha podido ser evitada por las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo, lo que arroja dudas sobre la capacidad de crecimiento de España y otros países como Italia y Portugal.
Entre los valores más castigados se colocaron eléctricas, constructoras y bancos, las empresas que, según los analistas, más sufrirán los efectos de los recortes presupuestarios.
Dentro del IBEX 35 destacó la caída de Endesa, con un 1,59 %, seguido de Caixabank con un 1,57 %, y de ACS y Abengoa, con un 1,51 %. EFE