Bruselas, 8 dic (.).- El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, consideró este miércoles "muy bien" que la UE use su "poder" en materia comercial para sancionar, en última instancia, a los países que traten de ejercer presión política en la Unión a través de coerción económica.
"Me parece muy bien que la UE empiece a utilizar el poder que tiene allí donde lo tiene, y ciertamente en materia comercial lo tiene”, indicó Borrell en una conversación con un grupo reducido de medios, entre ellos Efe.
Borrell se pronunció así sobre la nueva herramienta legal propuesta hoy por la Comisión Europea para contrarrestar los intentos de influir en las políticas comunitarias por parte de países terceros mediante intimidación económica o comercial.
Destacó que la “ventaja” de las decisiones que tome la UE en materia de política comercial está en que para que salgan adelante solo precisan de la mayoría cualificada en el Consejo de la UE, en el que están representados los gobiernos de los Veintisiete.
Recordó que, para que la UE pueda sancionar en el marco de su política exterior, las decisiones requieren la unanimidad, lo que dificulta su adopción.
“La Comisión propone, pero quien dispone, acuerda y decide es el Consejo y el Parlamento, y a veces solo el Consejo”, apuntó Borrell, que agregó que, “por tanto, si queremos que las decisiones sean rápidas es bueno utilizar una vía en la que no hace falta la unanimidad”.
El jefe de la diplomacia comunitaria reconoció “por experiencia directa” lo “difícil” que puede llegar a ser lograr la unanimidad de los 27 Estados miembros, ya que en ocasiones “hay alguien que utiliza lo que se está discutiendo para obtener algo en una cosa que no tiene nada que ver”.
“Me parece bien que hayamos utilizado la vía del artículo 207 (de los tratados, el que especifica que la política comercial de la Unión es una competencia de la Comisión Europea), porque si hay un ataque que se manifiesta a través de instrumentos económicos podemos contestar también con instrumentos económicos”, dijo, todo ello “sin tener que ir al Consejo de Exteriores, sin pasar por una unanimidad”.
En todo caso, consideró “evidente” que cualquier acción que se tome en el marco de esa política anticoerción “tiene que tener en cuenta los objetivos y los principios de la Política Exterior de la Unión, que no va por libre”.
Borrell aludió en este contexto al actual conflicto comercial entre Lituania y China.
“Lituania nombra su delegación en Taiwán de una determinada manera que no gusta a China, que responde con un boicot. Estamos en un caso de coerción económica. Sería un caso ante el cual se podría contestar a China también económicamente”, recalcó.
Borrell y el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, advirtieron hoy a Pekín de que la UE responderá en el caso de que aprecie coerción económica contra cualquier Estado miembro.
Para Borrell, la respuesta tendría que estar en línea “con la política general que tenemos con respecto a China, no va a ser una política independiente y autónoma”.
“Está muy bien que utilicemos los instrumentos que se puedan utilizar y que utilicemos las bases legales que nos permiten ser más ágiles y más operativos”, consideró, particularmente “en este contexto geopolítico tan tenso en el que el comercio se ha convertido en una arma”.
Así, afirmó que “tenemos que ser capaces de hacer frente” a ese tipo de ataques económicos “con una respuesta que respete la legalidad internacional y que también respete la consistencia de la política exterior de la Unión”, concluyó.
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