Barcelona, 28 oct (.).- Cementos Molins ganó 87 millones de euros de enero a septiembre, lo que supone un 42 % más en comparación al mismo período de 2020, gracias a la recuperación paulatina de la economía y a pesar del incremento de los costes de la energía, las materias primas y los fletes.
La cementera catalana ha dado a conocer este jueves a la CNMV, el supervisor bursátil español, sus resultados hasta el tercer trimestre de 2021.
Cementos Molins registró unas ventas de 702 millones de euros, un 29 % superiores, con crecimientos en todos los mercados donde está presente la compañía.
En España, los ingresos sumaron 234 millones, un 16 % más; en México las ventas alcanzaron los 167 millones (+ 22 %), en Sudamérica obtuvo 211 millones (+ 55 %) y en el resto de mercados un total de 91 millones (+ 26 %).
El beneficio bruto de explotación o Ebitda sumó 187 millones entre enero y septiembre, un 31 % superior al del mismo período de 2020, y ya es muy superior a los niveles previos a la pandemia de la covid.
A pesar de los incrementos de volumen, de los precios de venta y de los resultados de sus planes de eficiencia operativa, Cementos Molins se está viendo afectada por la fuerte inflación, fruto del encarecimiento de la energía, materias primas y transporte, así como por la depreciación del peso argentino.
La compañía cree que estos factores tendrán un impacto negativo mayor en el cuarto trimestre del año, y que este fenómeno se puede alargar al menos hasta la mitad de 2022.
En el tercer trimestre de 2021, Cementos Molins anunció el acuerdo de compra de Calucem, segundo productor mundial de cemento de aluminato de calcio, y la adquisición del negocio de áridos y hormigón de HeidelbergCement (DE:HEIG) en Cataluña.
Estas dos operaciones se suman a los anuncios realizados en el primer semestre de la toma de control de Escofet, referente en hormigón arquitectónico y de espacios urbanos, y a la compra de una instalación de cemento blanco en España al grupo Çimsa.