Ginebra, 21 feb (.).- El banco suizo Credit Suisse (SIX:CSGN) se ha defendido de las acusaciones de que durante décadas mantuvo cuentas bancarias de clientes ligados a la corrupción y otros delitos procedentes del todo el mundo afirmando hoy que los hechos expuestos son "inexactos y están sacados de contexto", y que el 90 % de las mismas estaban ya cerradas o en proceso de serlo cuando fue informado de la apertura de las investigaciones.
Las acusaciones surgieron ayer después de las informaciones publicadas por un consocio de casi 50 medios, entre ellos el periódico The New York Times, que, coordinados por la organización sin ánimo de lucro "Organized Crime and Corruption Reporting Project", analizaron los datos de 18.000 cuentas del segundo mayor banco de Suiza.
Esas informaciones habían sido filtradas hace un año al diario alemán Süddeutsche Zeitung por una persona no identificada, lo que lanzó una investigación denominada "Secretos Suizos".
En una declaración emitida desde su sede mundial en Zúrich (Suiza), Credit Suisse afirma que los hechos difundidos son predominantemente "históricos", que algunos datan de los años 40 y que de manera general lo que se afirma "es parcial, inexacto o con información seleccionada puesta fuera de contexto, lo que resulta en interpretaciones tendenciosas de la conducta del banco".
Según la filtración, Credit Suisse abrió cuentas y mantuvo como clientes en un periodo comprendido entre 1940 y el año 2010 "a personas cuyas situaciones problemáticas habrían sido obvias para cualquiera que pusiera sus nombres en un motor de búsqueda" como Google (NASDAQ:GOOGL).
El banco supuestamente desoyó las advertencias de sus propios empleados sobre actividades sospechosas de algunos de sus clientes, entre ellos personas acusadas de corrupción en torno a la petrolera estatal de Venezuela, figuras gubernamentales en Oriente Medio o altos funcionarios de inteligencia de países colaboradores con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo.
Durante su investigación, el consorcio de medios, entre ellos el británico The Guardian, comunicó al banco la información que tenía entre manos, lo que llevó a la entidad a "revisar una gran cantidad de cuentas potencialmente vinculadas con los temas expuestos, y aproximadamente el 90 % de ellas están hoy cerradas o estaban en proceso de cierre antes de que se recibieran las peticiones de la prensa", señala el banco, que precisó que un 60 % de todas esas cuentas habían sido cerradas antes de 2015.
"Sobre el resto de cuentas activas, nos sentimos cómodos puesto que se ha actuado con la diligencia debida y se efectuaron controles conforme a nuestro marco actual. Seguimos analizando los hechos y tomaremos pasos adicionales si es necesario", aseguró la entidad.
Aunque indicó que se toma en serio las denuncias y que continuará con sus investigaciones internas, la entidad financiera señaló que parecen ser parte de un "esfuerzo concertado para desacreditar no solo al banco, sino a la plaza financiera suiza, que ha aplicado profundos cambios en los últimos años.