Roma, 27 jun (.).- El impuesto italiano a las empresas de energía, en el que se está inspirando el Gobierno español, grava con un tipo del 25 % los beneficios extraordinarios obtenidos por estas compañías como consecuencia del aumento de los precios energéticos en los últimos meses.
España mira a Italia antes de plantear su propio impuesto extraordinario, que espera presentar como proposición de ley en el Congreso en las próximas semanas.
La Hacienda italiana espera recaudar cerca de 11.000 millones de euros con este tributo, que inicialmente se fijó en el 10 % en marzo y que el mes pasado se decidió elevar al 25 %.
Esta recaudación se utilizará para financiar el paquete de ayudas a las familias para mitigar el aumento de los precios de la energía y del carburante.
El impuesto gravará al 25 % la diferencia entre el activo y el pasivo de las empresas, siempre que ese saldo sea superior a 5 millones de euros.
Para sacar la diferencia se comparará el saldo del periodo octubre 2020-abril de 2021 con el de octubre 2021-abril 2022.
El pago se fraccionará en dos cuotas: el 30 de junio solo se tendrá que pagar un depósito del 10 % y para pagar el total habrá tiempo hasta el 30 de noviembre.
Según los analistas, este aumento no tendrá un gran peso en las energéticas.
Por ejemplo, la eléctrica Enel (BIT:ENEI) cerró el primer trimestre con unos ingresos de 18.000 a 34.000 millones de euros, y las ganancias antes de impuestos aumentaron de 2.100 a 2.300 millones de euros y el director financiero de Enel, Alberto De Paol, precisó que el nuevo impuesto pesará como máximo cien millones.
Según el diario "Il Sole 24 ore", para el coloso energético italiano Eni (BIT:ENI), con el impuesto al 10 % se había hablado de "un impacto de unos cientos de millones en el peor de los casos" por lo que al final será más o menos el doble.
Al igual que Edison, que con 7.100 millones de ingresos en el primer trimestre frente a los 2.100 millones de un año antes comunicó que el grupo espera pagar no más de cien millones.