Beirut, 20 may (.).- El primer ministro libanés, Najib Mikati, reconoció este viernes al cerrar el mandato de su Gobierno que sin la consecución de un acuerdo final con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no hay "posibilidad de salvación" para este país sumido en una de las peores crisis económicas de la historia reciente.
"Sin un pacto con el FMI no habrá posibilidad de salvación", afirmó el dirigente en un discurso televisado desde el Palacio Presidencial tras finalizar la última reunión de su Gabinete de Ministros, que pasará ahora a la interinidad hasta la formación de un nuevo Ejecutivo.
El Gobierno de Mikati llegó al poder en septiembre pasado, tras más de un año de demoras por falta de consenso político, con la promesa de trabajar para frenar la crisis económica hasta que se celebrasen los comicios parlamentarios de hace cinco días.
A principios de abril alcanzó un acuerdo preliminar con el FMI por el que el Líbano podría recibir una ayuda financiera equivalente a unos 3.000 millones de dólares a cambio de poner en marcha un paquete de reformas, pero el pacto todavía no ha recibido luz verde de la directiva del organismo.
Mikati recordó que este acuerdo inicial representa una "hoja de ruta para la recuperación" y que su Gabinete ha remitido al Parlamento una serie de proyectos relaciones con las negociaciones, vistas como la llave maestra para desbloquear ayudas financieras internacionales desde diversos frentes.
"Nuestra preocupación esencial es frenar el colapso y mantener los ingredientes que ayudan a la recuperación, y sobre todo proteger los derechos de los depositantes y capacitar a todos los sectores, incluido el bancario, para que puedan vuelva a crecer", sentenció el mandatario.
Al hacer balance de sus ocho meses al frente de la nación mediterránea, defendió que si bien han tratado de "proteger" a las entidades bancarias porque sin ellas "no habrá economía", es el Banco Central el que debe sentar los "criterios" requeridos para que operen de forma "sana y correcta".
En la actualidad, el Ejecutivo se mantiene a flote gracias a la financiación de la entidad emisora, después de que a lo largo de las tres décadas anteriores los bancos se convirtieran progresivamente en tenedores de la creciente deuda estatal atraídos por los altos intereses prometidos.
El sistema colapsó a finales de 2019, poco después de que se produjesen los primeros problemas para retirar dinero denominado en dólares de unas entidades sin liquidez suficiente para alimentar el ciclo una vez que demasiados ciudadanos demandasen sus ahorros de forma simultánea.
Desde entonces, la libra libanesa se ha devaluado más del 90 %, casi el 80 % de la población ha caído en la pobreza y se registran desabastecimientos intermitentes de productos básicos, principalmente de combustible y energía eléctrica.
El Líbano celebró elecciones legislativas el pasado domingo, dando paso a una Cámara marcada por la fragmentación en la que ningún grupo cuenta con mayoría y que se prevé derive en largas demoras para nombrar un nuevo Gobierno.
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