Lisboa, 2 ago (.).- El Novo Banco, heredero del quebrado Banco Espírito Santo (BES), ganó 137,7 millones de euros en el primer semestre, frente a las pérdidas de 555,3 millones que había registrado en la primera mitad de 2020.
En un comunicado difundido hoy, el banco recuerda que en el primer trimestre de este año ya había obtenido un resultado positivo, de 70,7 millones.
Se trata de la primera vez que el Novo Banco encadena dos trimestres consecutivos con beneficios desde su creación, en agosto de 2014.
La entidad atribuyó la mejora de sus resultados en este semestre al crecimiento del producto bancario comercial, los buenos resultados de operaciones financieras, la reducción de las provisiones y a que las cuentas de enero a junio de 2020 habían tenido un impacto negativo de 260,6 millones por la revisión de su exposición a fondos de reestructuración.
El margen financiero se incrementó un 13,1 %, hasta 289,3 millones, lo que contribuyó a que el producto bancario comercial creciese un 9,7 % y se situase en 424,8 millones.
Los resultados de operaciones financieras ascendieron a 93,3 millones (en junio de 2020 fueron negativos), gracias principalmente a la evolución positiva de las tasas de interés del mercado, y los costes operativos se redujeron un 4,7 %, a 204,1 millones.
El banco liderado por António Ramalho señaló que las provisiones se situaron en 89,2 millones, de los cuales 35,2 millones corresponden a un montante adicional debido a la covid-19.
En total, las provisiones se redujeron un 74 % respecto a un año antes.
El ratio de crédito moroso pasó del 8,9 % al 7,3 % en los últimos seis meses, cuando se vendió una cartera de créditos no productivos y activos relacionados con un valor bruto de 210,4 millones.
En cuanto a la solvencia, el ratio Common Equity Tier I se situó en el 10,9 %, el mismo valor que al cierre de 2020.
Novo Banco nació en agosto de 2014 tras la quiebra del BES y fue recapitalizado entonces con 4.900 millones.
En los últimos tres años tuvo que recibir más de 3.320 millones de euros en inyecciones de capital, parte de los cuales proceden de préstamos del Estado.
Estas inyecciones se realizan a través del llamado mecanismo de capital contingente, un instrumento que se activa para hacer frente a las pérdidas derivadas de los activos problemáticos heredados del BES.
Este instrumento fue incluido en el acuerdo de venta con el fondo estadounidense Lone Star, que adquirió el 75 % del Novo Banco, mientras que el 25 % permanece en manos del Fondo de Reestructuración, un organismo público financiado con aportaciones del resto de bancos portugueses.
Las inyecciones de capital y las numerosas pérdidas que ha sufrido desde su creación han sido objeto de polémica en Portugal, incluso con una comisión parlamentaria de investigación.