Investing.com -- China ha presentado un Plan de Acción Especial integral para Impulsar el Consumo, destinado a reavivar la demanda interna, estabilizar los mercados financieros y recuperar la confianza de los inversores extranjeros. Esta movida estratégica, según Nigel Green, CEO de deVere Group, una firma global de asesoría financiera, es una clara indicación del compromiso de Pekín para restablecer su atractivo para los inversores globales, particularmente en un momento en que EE.UU. es percibido como un destino de inversión inestable e impredecible.
El nuevo plan, anunciado el domingo por la Oficina General del Comité Central, se centra en mejorar la confianza del consumidor, aliviar la presión financiera de los hogares y crear un entorno de inversión más seguro. La iniciativa multifacética prioriza la demanda interna, con el objetivo de "mejorar la capacidad de consumo mediante el aumento de ingresos y la reducción de cargas". Esto es crucial a la luz de un panorama de consumo lento, marcado por el índice de precios al consumidor de febrero que registró su caída más pronunciada en más de un año.
Pekín también se está comprometiendo a aplicar "múltiples medidas" para estabilizar los mercados de valores, respondiendo directamente a las preocupaciones de los inversores sobre la incertidumbre regulatoria. Además, el plan incluye la creación de más productos de bonos adaptados para inversores individuales, ampliando así las oportunidades de generación de riqueza y profundizando el mercado financiero.
Tras el anuncio del plan, el CSI 300 y el Índice Hang Seng de Hong Kong registraron ganancias del 0,1% el lunes, lo que indica un optimismo temprano, según señaló Nigel Green.
El primer ministro chino, Li Qiang, enfatizó la semana pasada que impulsar el consumo sería la principal prioridad económica del gobierno para el próximo año. La urgencia es evidente: las presiones deflacionarias han sido predominantes, con el índice de precios al productor en contracción desde octubre de 2022. Sin restablecer la confianza entre los consumidores nacionales y los inversores internacionales, Pekín corre el riesgo de perder su posición en los mercados financieros globales.
Este cambio estratégico ocurre mientras el atractivo de inversión de EE.UU. parece estar debilitándose. Con el regreso del presidente Trump a la Casa Blanca, las empresas e inversores se están preparando para otra ronda de cambios políticos impredecibles. Las preocupaciones varían desde guerras comerciales intensificadas hasta mala gestión fiscal y volatilidad del mercado.
Green señala además que, si bien EE.UU. ha sido tradicionalmente un refugio seguro para el capital global, la confianza se está erosionando debido a los agresivos aumentos arancelarios de Trump y su formulación de políticas impredecibles. A medida que los inversores evalúan la estabilidad y el crecimiento a largo plazo, el enfoque económico pragmático de China puede comenzar a parecer más atractivo.
El reciente despliegue de políticas de China significa una disposición a ajustar su rumbo para recuperar el capital global. Queda por ver si esto conduce a un resurgimiento a gran escala de la inversión extranjera, pero el impulso parece estar cambiando. Mientras los mercados estadounidenses lidian con una incertidumbre creciente, la segunda economía más grande del mundo se está posicionando como una alternativa más predecible y rica en oportunidades.
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