Las compañías petroleras offshore de EE. UU. se preparan para enfrentar una tormenta que, según los pronósticos, se intensificará hasta convertirse en huracán para el miércoles. Esta situación ha desencadenado la evacuación de personal no esencial de las plataformas en el Golfo de México. El Centro Nacional de Huracanes de EE. UU. ha previsto que el sistema meteorológico, actualmente un posible ciclón tropical cercano a Cuba, se desplazará por el este del Golfo de México.
Se espera que la tormenta gane fuerza rápidamente, pudiendo convertirse en un huracán de gran intensidad para el jueves, cuando se aproxime a la costa noreste del Golfo, incluyendo el Panhandle de Florida y zonas de la costa occidental del estado. Las autoridades han emitido alertas sobre el riesgo de marejadas ciclónicas potencialmente mortales y vientos devastadores con fuerza de huracán en estas regiones.
Ante esta situación, Chevron (NYSE:CVX) ha iniciado la evacuación del personal no esencial de determinadas instalaciones en el Golfo de México. Por su parte, Shell (LON:SHEL) también ha adoptado medidas preventivas, suspendiendo la producción en sus operaciones de Stones y Appomattox, y evacuando a los trabajadores no esenciales de sus activos en el Corredor Mars.
Hasta el momento, tanto Chevron como Shell han informado que estas acciones preventivas no han afectado sus niveles de producción. La tormenta inminente, que podría recibir el nombre de Helene si alcanza la categoría de tormenta tropical, tiene el potencial de tocar tierra como un huracán de Categoría 3 e incluso podría intensificarse hasta la Categoría 4, según AccuWeather. El sector petrolero está siguiendo de cerca la evolución de la situación.
Reuters contribuyó a este artículo.
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