Por Laura Sánchez
Investing.com - Con la que está cayendo, salir a cotizar a los mercados es un gran reto. En el foro Medcap que se ha celebrado esta semana en Madrid, 3 firmas nos han contado su experiencia.
“Salir al mercado de capitales era la manera más fácil y rápida de acometer nuevos negocios e impulsar los que ya teníamos”, destaca Carmen Boyero-Klossmer, directora de Relación con Inversores de Arima (MC:ARM). La socimi, especializada en el alquiler de oficinas en Madrid y Barcelona, salió a cotizar el pasado octubre de 2018.
“La decisión de empezar a cotizar en el mercado español fue para acceder a un mercado más profundo que el polaco (donde ya cotiza la compañía), con una normativa más europea a la que ya estamos acostumbrados”, explica José Parés, presidente de Amrest (MC:EATP). El grupo de restauración empezó a cotizar en la Bolsa española en noviembre del pasado.
“El mercado español ofrece la posibilidad de acceder a una macrofinanciación en euros y permite la diversificación del accionariado. Analizamos también la Bolsa de Frankfurt, pero la española encajaba más en nuestra estrategia de negocio”, añade Parés.
“Vimos que nuestro sector está entrando en una etapa de madurez en la que, o das un paso adelante para ampliar capital y seguir creciendo, o te quedas en el camino”, comenta por su parte Pablo Burgos, CEO de Solarpack (MC:SPK). La compañía, especializada en la construcción y desarrollo de proyectos solares fotovoltaicos, empezó a operar en la Bolsa española el pasado diciembre de 2018.
¿Da miedo salir a cotizar?
Ante esta pregunta, Carmen Boyero, de Arima, reconoce que “el mayor obstáculo fue salir a cotizar por obligación. Además, es un proceso largo, que lleva varios meses”.
“Era la primera vez que una firma polaca movía su domicilio fiscal a España y empezaba a cotizar en el mercado español”, recuerda José Parés, de Amrest.
En el caso de Solarpack, Pablo Burgos explica que “empezamos a pesar en salir a cotizar en enero de 2018; en junio empezamos el proceso y en diciembre lo terminamos. Fueron 6 meses muy intensos, en el que tuvimos incluso que cambiar de auditor”.
Ventajas
“En una compañía, tienes que estar preparado para poder financiar todas las etapas de tu negocio. Además, salir al mercado es un escaparate que te da una mayor visibilidad y puede ayudarte a que surjan nuevas oportunidades de negocio”, dice Pablo Burgos.
Otra de las ventajas, según Carmen Boyero, es que “ofrece una mayor transparencia de la compañía de cara al inversor y, además, te da un mayor acceso a inversores internacionales”.
Inconvenientes
A la hora de mirar la cruz de cotizar en los mercados, los 3 directivos lo tienen claro: los riesgos macroeconómicos y políticos. “La cotización es más sensible a cualquier noticia del momento y puede tener una mayor influencia que si solo se tuvieran en cuenta las cifras del negocio de la empresa, por ejemplo”, afirma Carmen Boyero.
“El horizonte de inversión es cada vez más cortoplacista, lo que hace que las empresas tengamos que tener una comunicación constante con el inversor para explicarle nuestros proyectos y planes de negocio”, añade la directora de Relación con Inversores de Arima.
La clave
“Es fundamental que una compañía tenga muy clara su estrategia de comunicación con los inversores. El departamento de Relación con Inversores tiene que estar dirigido por profesionales que entiendan las necesidades de inversores y analistas. Nosotros, por ejemplo, no teníamos este departamento, y tuvimos que ponerlo en archa rápidamente”, concluye José Parés, de Amrest.