París, 11 oct (.).- El proyecto de ley de presupuestos para 2022 presentado por el Gobierno francés comienza este lunes su trámite parlamentario a la espera del gran plan de inversión que mañana, martes, anunciará el presidente, Emmanuel Macron, valorado en más de 30.000 millones de euros.
Los diputados franceses abrieron así los debates sin conocer la realidad total de las cuentas, porque el Elíseo se guarda en la manga la carta de un plan que servirá de base electoral a Macron a seis meses de las presidenciales, bautizado como "Francia 2030".
El presidente, que todavía no ha oficializado su candidatura pero que encabeza todos los sondeos, cuenta con ese arma para presentarse delante de los electores como el mejor garante para una salida ambiciosa de la crisis provocada por la pandemia.
Aunque han tratado de mantener el secreto sobre lo que anunciará Macron con bombo y platillo, en una comparecencia en el Elíseo rodeado de jóvenes y de empresarios, su objetivo es relanzar sectores punteros de la economía a través de un programa de inversiones.
El hidrógeno verde, las baterías eléctricas, el espacio, los chips electrónicos, los semiconductores o la energía nuclear serán, con toda seguridad, algunos de los sectores que recibirán la lluvia de millones con la que el Gobierno cuenta con relanzar la economía.
La idea es recuperar el terreno perdido en ámbitos tecnológicos y ecológicos, para que Francia pueda competir con Estados Unidos y China, según destacan en el Elíseo.
La amplitud del plan desvirtúa de contenido el proyecto de presupuestos presentado ante los diputados, denuncia la oposición, mientras que desde el Gobierno, que cuenta con una sólida mayoría parlamentaria, asegura que el trámite parlamentario es un buen momento para incorporar los anuncios del presidente.
Desde la semana que viene está prevista una lluvia de enmiendas para incorporar los anuncios de Macron, lo que para sus detractores puede agravar aún las cuentas, que calculan un déficit presupuestario del 4,8 % y una deuda del 114 % del PIB.
El Ministerio de Economía se defiende y asegura que la recuperación económica, que augura una subida del PIB del 6 % este año y un 4 % en 2022, permitirá financiar en parte los gastos sin que se eleve de forma vertiginosa el déficit.
Mientras la derecha considera que el Gobierno va a dañar de forma irreversible las cuentas públicas, la izquierda cree que la inversión es insuficiente y está mal enfocada, lo que marca el terreno en el que se disputará la batalla electoral.
Entre los puntos más controvertidos que se espera del plan de Macron figura la energía nuclear.
Tras haberse mostrado contrario a invertir en esa fuente durante la campaña que le llevó al Elíseo en 2017, el actual presidente parece ahora apostar de forma decidida por el átomo, lo que puede alejarle de los sectores más ecologistas, pero hacerle ganar peso entre la derecha moderada.
Se espera que Macron anuncie la construcción de nuevos reactores de tercera generación EPR, pese a que se había comprometido a no hacerlo antes de la entrada en funcionamiento del que actualmente está en construcción, que acumula importantes retrasos y sobrecostes.
Además, el presidente puede dar su apoyo a la fabricación de pequeños reactores, lo que consolidará su apuesta por esta fuente de energía.