Andrés Mourenza
Atenas, 14 feb (EFE).- Grecia recibió hoy como un mazazo la noticia de que su PIB cayó un 6,8 % durante 2011, a sólo un día de asistir a la reunión del Eurogrupo que evaluará si da luz verde al nuevo préstamo, de al menos 130.000 millones de euros (casi 171.000 millones de dólares), para evitar la bancarrota del país.
Aunque las cifras ofrecidas este martes por el Instituto de Estadística Griego (ELSTAT) no se ajusten a los efectos estacionales, la economía se quedó muy lejos de cumplir el objetivo previsto por la troika, de mantener la contracción del producto interior bruto (PIB) en un 5,5 %.
Todos los trimestres del año pasado cerraron en rojo, con unas cifras de recesión muy superiores a las del resto de la zona del euro: -7,3 %, -8,0 %, -5 % y -7,0 %.
En los últimos dos años, las draconianas medidas de austeridad exigidas por la troika -Banco Central Europeo (BCE), Comisión Europea (CE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- provocaron un estancamiento de la economía.
El número de desempleados se duplicó hasta el 21 %, los salarios se redujeron entre el 20 % y el 30 % hasta final de 2011, y los precios acumulan un incremento en una media del 10 %.
Todo ello redujo drásticamente la capacidad adquisitiva de los griegos, provocando el cierre de más de 60.000 negocios en 2010 y 2011.
Y las perspectivas no son mejores para 2012, como critican patronal y sindicatos, que se oponen a los nuevos recortes aprobados por el Parlamento el pasado domingo, pues consideran que alimentan la recesión.
Con todo, el gobierno se reunió hoy con el objetivo de "cerrar" la propuesta de recortes por valor de 3.300 millones de euros (unos 4.335 millones de dólares) este año, tal y como exigen el BCE, la CE y el FMI.
Así lo explicó el portavoz del gobierno, Pantelis Kapsis, en declaraciones al canal Antenna, en las que aseguró que los 325 millones de euros que faltaba concretar en el paquete acordado se extraerían de los "gastos ministeriales".
Los acreedores europeos, que no las tienen todas consigo sobre la voluntad de reformas del gobierno, revisarán el estado de las medidas en junio y "si es necesario se establecerán recortes adicionales en el sector público, el gasto social y Defensa", señaló el portal informativo In.gr citando fuentes del Gobierno.
Los socios europeos reclaman además que el compromiso con las nuevas medidas de austeridad sea firmado por los líderes de los partidos que forman el Ejecutivo: el socialista Yorgos Papandreu y el conservador Antonis Samarás, éste último el más reacio a ello.
En la reunión del Eurogrupo mañana en Bruselas también deberá concretarse el plan de quita de unos 100.000 millones de euros (más de 131.000 millones de dólares) de deuda griega en manos privadas.
Según Kapsis, "el canje de bonos (que forma parte del proceso de la quita) concluirá en marzo".
Mientras tanto, continúan los actos de protesta contra la dolorosa austeridad, y esta mañana en Atenas varios centenares de jubilados rechazaron el recorte de las pensiones.
En la localidad de Agrinio (oeste) se han reproducido los disturbios que el domingo asolaron el centro de Atenas con el ataque durante la pasada noche a varias tiendas, oficinas bancarias y la sede del partido ultraderechista LAOS.
La Confederación Nacional del Comercio Griego (ESEE) hizo hoy una primera valoración de los daños causados por la revuelta del domingo en Atenas y especificó que 153 negocios sufrieron daños, de los que 45 quedaron totalmente destruidos.
Esta asociación condenó el "vergonzoso vandalismo" del que fueron objeto varias tiendas y oficinas bancarias del centro de la capital griega, pero también hizo un llamamiento a manifestarse contra las medidas aprobadas por el gobierno que "profundizarán la recesión" y obligarán a cerrar más negocios. EFE