Por Shereen Lehman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Cuando las autoridades sanitarias de Chicago se dieron cuenta de que algunos usuarios de Twitter se quejaban de casos locales de intoxicación alimentaria, les contactaron a través de la red social y multaron a los restaurantes.
"Sabemos que la mayoría de los brotes de intoxicación alimentaria del país nunca se notifican a los departamentos de salud locales", dijo por vía telefónica el doctor Bechara Choucair, del Departamento de Salud Pública de Chicago.
"La población no levanta el teléfono y llama al médico, pero utilizan Twitter para quejarse al mundo de que se intoxicaron en un restaurante", remarcó.
El equipo de Choucair convocó un grupo de trabajo tecnológico colaborativo, Smart Chicago, para ayudarles a identificar los nuevos casos de intoxicación por alimentos que no se notifican. "Smart Chicago nos ayudó a desarrollar una aplicación que revisa cientos de miles de tuits por día en Chicago o relacionados con Chicago que incluyan una referencia a una enfermedad por consumo de alimentos", explicó el autor.
La aplicación Foodborne Chicago utiliza un algoritmo para identificar los tuits y genera una respuesta al remitente del mensaje original: "Eso no está bien. Ayúdenos a prevenirlo y denuncie dónde comió", con un enlace a un formulario online para proporcionar más detalles. Foodborne Chicago tuitea como @foodbornechi.
En Morbidity and Mortality Weekly Report, el equipo publica que el programa se lanzó en marzo de 2013. Durante los 10 primeros meses, se identificaron 270 tuits con quejas por intoxicación alimentaria y 193 se convirtieron en denuncias formales en el sitio de Internet. Esto permitió inspeccionar sin aviso previo 133 restaurantes.
Los inspectores de salubridad detectaron por lo menos una violación grave en el 20 por ciento de los comercios, frente al 16 por ciento que se registraba habitualmente. El 16 por ciento de los restaurantes que se denunciaron a través de Foodborne Chicago no pasaron los controles y se clausuraron.
"La gran mayoría de la población está contenta con saber que el gobierno local los escucha, pero no sólo eso. Toma en serio sus quejas y actúa", sostuvo Choucair.
Chicago no es la única ciudad que utiliza la tecnología para monitorear las intoxicaciones alimentarias. El Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York analiza las críticas a restaurantes en un sitio online.
"Es realmente progresista que los departamentos de salud empiecen a detectar las señales online para saber cómo asignar sus recursos", opinó por teléfono Ben Chapman, especialista en seguridad alimentaria e investigador de la Universidad de Carolina del Norte, que no participó del estudio.
"La mirada está puesta en tratar de identificar los brotes que no se pueden detectar a través de los hospitales o las bases de datos de enfermedades de denuncia obligatoria. Así que, sí, es muy bueno".
El equipo de Choucair aspira a que otros departamentos de salud del país utilicen la aplicación. "Los códigos están abiertos al público. Queremos que la gente la use", dijo el autor. Los desarrolladores pueden acceder al software en GitHub (http://bit.ly/1zA0DPT).