Madrid, 24 may (.).- La actividad de la zona euro se ralentizó ligeramente en mayo, aunque el crecimiento se mantuvo "robusto" a pesar del impacto de la guerra en Ucrania, la escasez de ciertos suministros y el encarecimiento del coste de la vida.
El índice PMI de la actividad en la zona euro de S&P Global, que ahora integra a IHS Markit, publicado este martes se situó en mayo en 54,9 puntos, ligeramente por debajo de los 55,8 de abril, pero todavía por encima de los 50 puntos que separan el crecimiento de la contracción.
Mayo fue el decimoquinto mes consecutivo de crecimiento económico, impulsado por el dinamismo del sector servicios ante las menores restricciones asociadas a la pandemia, que han favorecido la recuperación del turismo y el ocio.
La producción manufacturera se recuperó ligeramente tras casi paralizarse en abril, aunque "continuó siendo muy modesta", dada la limitación derivada de la escasez de suministros, que además afectó a los plazos de entrega de los proveedores.
Estos plazos se redujeron ligeramente en comparación con los meses anteriores, lo que contribuyó a dinamizar el sector del automóvil, aunque otros sectores industriales comunicaron un menor crecimiento de la producción. Los nuevos pedidos manufactureros se redujeron en mayo por primera vez desde junio de 2020.
La creación de empleo aumentó en ambos sectores, sobre todo en los servicios, que registraron el mayor aumento desde 2007.
Por lo que respecta a los precios, experimentaron el segundo mayor incremento de la serie histórica, en línea con el encarecimiento de los costes, que fue el tercero más intenso registrado debido al impacto de la energía.
El optimismo de cara al futuro se deterioró ligeramente debido a la guerra en Ucrania, hasta su nivel más bajo en el último año y medio.