Roma, 2 dic (.).- El presidente de la Asociación Bancaria Italiana (ABI), Antonio Patuelli, pidió hoy al Gobierno transalpino prorrogar las moratorias de los créditos concedidas a empresas y a familias durante la pandemia, que vencen a final de año, ante el empeoramiento del clima económico por el incremento de casos de coronavirus y la detección de la nueva variante, ómicron.
El presidente de esta asociación -que representa a todas las empresas de crédito italianas o que operan en Italia- destacó que las autoridades italianas y europeas deben realizar una "reflexión urgente en los próximos días y no meses" para ampliar estos plazos y otras medidas de estímulo, para seguir apoyando el tejido productivo e impulsando el crecimiento económico.
Patuello destacó en un foro económico que el fin de las moratorias se preveía para un momento en el que se pensaba que iba a haber "un clima más optimista", pero el incremento reciente de los casos en varios países de Europa está obligando a imponer nuevas restricciones que pueden castigar a las empresas.
En Italia, empresas y familias aún tienen moratorias activas por un valor total de aproximadamente 60.000 millones, el 22 % de todas las acordadas desde marzo de 2020, según datos del Ministerio de Economía que se remontan al 19 de noviembre.
Desde marzo de 2020 se han otorgado préstamos con garantías del estado a empresas afectadas por la pandemia por 30.500 millones de euros.
El Gobierno italiano estudia incluir en los presupuestos generales de 2022, que tienen que ser aprobados por el Parlamento antes de final de año, una ampliación de estos plazos hasta junio de 2022 para dar más tiempo a las empresas y a los hogares a recuperar su actividad y saldar los pagos, sin que los bancos incurran en un problema de morosidad.
El Banco Central Europeo (BCE) ya pidió en diversas ocasiones durante la pandemia a los bancos que incrementaran sus provisiones para hacer frente a los posibles retrasos en los cobros de sus préstamos.
No obstante, el vicepresidente del BCE Luis de Guindos aseguró el pasado lunes que la baja rentabilidad del sector financiero europeo, muy inferior a la de sus homólogos en otras zonas, puede convertir en insuficientes las provisiones hechas por las entidades.