Los fabricantes de automóviles europeos se enfrentan a importantes desafíos debido a la huelga de estibadores en curso en los puertos de la costa este y del Golfo de Estados Unidos, con el potencial de causar importantes interrupciones en sus operaciones, según funcionarios de la industria y analistas. La huelga, que comenzó el martes temprano, ha detenido el flujo de aproximadamente la mitad del transporte marítimo del país y es la primera acción a gran escala de este tipo en casi 50 años.
La International Longshoremen's Association, que representa a 45.000 trabajadores portuarios, está en negociaciones con la United States Maritime Alliance para un nuevo contrato de seis años. Con la huelga en marcha, la Alliance for Automotive Innovation ha pedido la intervención de la Casa Blanca, enfatizando las graves consecuencias que una huelga prolongada podría tener en la cadena de suministro automotriz, la estabilidad económica y la seguridad nacional.
John Bozzella, CEO de la Alliance for Automotive Innovation, destacó la importancia de los puertos afectados, señalando que gestionaron el 34% de todo el comercio de vehículos y piezas de motor de EE.UU. el año pasado, por un valor de 135.700 millones de dólares. Steve Hughes, CEO de HCS International, advirtió que, si bien los fabricantes de automóviles podrían arreglárselas sin entregas de vehículos durante algún tiempo, una escasez de piezas podría ser perjudicial. Señaló que muchos vehículos, incluidos los de General Motors (NYSE:GM), contienen piezas de Europa y Asia.
La Motor & Equipment Manufacturers Association también ha solicitado la intervención del presidente Joe Biden para reanudar las negociaciones. Una escasez de piezas podría llevar a una reducción en la producción de vehículos, y aunque algunos fabricantes de automóviles como Stellantis (NYSE:STLA), con altos inventarios de vehículos, podrían recibir con agrado una desaceleración, el impacto general de una huelga prolongada podría ser desastroso.
Dan Levy, analista de Barclays, mencionó que el 70% de las importaciones de piezas de automóviles a EE.UU. pasan por los puertos afectados. Señaló que los fabricantes de automóviles europeos, en particular, sentirían el mayor impacto debido a su dependencia de los puertos de Baltimore y del sureste para importaciones y exportaciones. Empresas como BMW (ETR:ETR:BMWG) y Volvo (OTC:VLVLY) están monitoreando la situación y desarrollando planes de contingencia, aunque Volvo Car afirma que aún no ha sentido un impacto significativo.
El fabricante de camiones Volvo ha acumulado piezas y está considerando redireccionar envíos para minimizar el efecto de la huelga, esperando que no haya impacto a corto plazo. Los fabricantes de automóviles de Detroit podrían ver un beneficio modesto por la reducción de los inventarios de la industria, lo que potencialmente limitaría la presión sobre los precios.
General Motors (NYSE:GM) y Ford (NYSE:NYSE:F) probablemente se vean más afectados por las importaciones de piezas, y GM afirma que tiene planes de contingencia en marcha sin revelar detalles. Ford también está monitoreando la situación, aunque es demasiado pronto para especular sobre los posibles impactos.
Los fabricantes de automóviles asiáticos pueden verse menos afectados, y Toyota (NYSE:TM) ha acumulado recientemente un inventario adicional de vehículos. Jack Hollis, vicepresidente ejecutivo de Toyota Norteamérica, expresó la atención cercana de la compañía a las negociaciones. Mazda, Honda (NYSE:HMC) y Nissan (OTC:NSANY) reconocieron el impacto de la huelga y han implementado medidas de contingencia, aunque no se revelaron detalles específicos. Hyundai (OTC:HYMTF) declaró que su filial logística, Hyundai Glovis, está trabajando en planes alternativos para garantizar que la entrega de vehículos continúe.
La duración de la huelga jugará un papel crítico en la determinación del alcance de su impacto en la industria automotriz, siendo los fabricantes de automóviles europeos los que actualmente corren mayor riesgo.
Reuters contribuyó a este artículo.
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