Buenos Aires, 6 jul (.).- La prima de riesgo de Argentina anotó este miércoles una subida del 3,5 %, hasta los 2.664 puntos básicos, al tiempo que los bonos soberanos argentinos registraban nuevas caídas en sus cotizaciones en dólares, en un contexto de fuerte incertidumbre por el rumbo político y económico del país suramericano.
El índice de riesgo país que mide JPMorgan (NYSE:JPM) acumuló este mes un incremento del 12,2 % y experimenta niveles no vistos desde junio del 2020, cuando el Gobierno argentino negociaba la reestructuración de su deuda con un grupo de acreedores privados.
Los bonos de deuda argentinos, que sufrieron caídas de hasta el 10 % este martes, retrocedieron hasta un 3 % en la apertura de este miércoles, mientras que las acciones argentinas (ADRs) operaron con caídas de hasta el 6 % esta jornada.
RETROCESO DE LA BOLSA LOCAL
El índice S&P Merval de las acciones líderes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires arrancó la rueda con un retroceso del 1,53 %, hasta los 91.267,65 puntos básicos, luego de subir un 3,99 % este martes.
Respecto a las cotizaciones de las divisas, el "dólar blue", como se conoce a la moneda estadounidense que se proporciona en el mercado informal, al que los ciudadanos acuden por las fuertes restricciones a la compra de dólares en los canales oficiales, se vende por unos 250 pesos en promedio, dos pesos menos que este martes.
Por su parte, los denominados "dólares financieros" continuaron su descenso en la jornada del miércoles: el dólar "contado con liquidación" retrocedió en la apertura un 1,48 %, hasta los 270,09 pesos, mientras que el "dólar bolsa" o "dólar MEP" bajó otro 0,59 %, a 263,71 pesos por unidad.
Silvina Batakis, una economista de perfil heterodoxo, asumió este lunes como nueva ministra de Economía de Argentina, en medio de tensiones en los mercados financieros y una creciente división en la coalición oficialista.
La también exministra de Economía de la provincia de Buenos Aires (2011-2015) no sólo tiene el desafío de apaciguar los nervios en los mercados, puesto que las deterioradas expectativas también están afectando el comportamiento de las empresas y de los ciudadanos, cada vez más agobiados por los múltiples desequilibrios macroeconómicos del país.