Santiago de Chile, 24 ago (EFE).- El ministro de Hacienda chileno, Alberto Arenas, dijo hoy que la reactivación de la economía requiere de un esfuerzo del sector público y privado que permita sacar adelante proyectos de inversión que se han rezagado.
Arenas reconoció que uno de los principales factores que han restado dinamismo al crecimiento en Chile es la caída que vienen mostrando la tasa de inversión desde 2013 y que este año ya se ha revelado en un menor dinamismo de la actividad, que en todo 2014 se expandiría en torno a un 3 %.
En una entrevista con El Mercurio Arenas dijo abiertamente que esperaba del sector privado un mayor nivel de inversión y de creación de empleos.
"La reactivación es una tarea de todos, sector público y privado y desde la política fiscal vamos a agotar todos los instrumentos", afirmó.
"Nosotros hemos estados trabajando justamente en ejecutar nuestros presupuesto, en tener una política fiscal activa, que tengamos nuestra agenda de productividad, de energía (...) capitalizando empresas públicas, todo va en esa dirección", aseveró.
Sin embargo, enfatizó que el sector privado debe también contribuir con un mayor empuje, en un escenario donde el costo del crédito se ha ido reduciendo sucesivamente, mediante una política monetaria expansiva de parte del Banco Central.
"Alcanzar el dinamismo en la economía no sólo requiere del esfuerzo que está haciendo hoy el Gobierno", dijo.
"Así como nos pusimos de acuerdo con los trabajadores para un salario mínimo (...) es absolutamente necesaria una alianza estratégica pública-privada, para justamente enfrentar esta desaceleración en todas sus dimensiones", añadió.
El Gobierno y organismos internacionales coinciden en que la ralentización de la economía chilena obedece en parte a factores externos, como la caída en el precio del cobre, su principal exportación, debido a la menor demanda de China.
Pero también se ha mencionado como un elemento "menos concreto" las expectativas del sector empresarial, que habrían decaído debido a la aplicación de una reforma tributaria que eleva de un 20 a un 27 % los impuestos a las grandes empresas, para financiar cambios en la educación por unos 8.300 millones de dólares.
No obstante, Arenas sostienen que ha medida que el proyecto de cambios impositivos ha ido avanzando en su tramitación en el Congreso se han producido mayores certidumbres que deberían contribuir a un mejor clima económico.
"Todas las expectativas que existen en la economía es que las cifras siguen lenta, en ese sentido cerrar y entregar certidumbre y estabilidad en el marco tributario es muy importante", agregó.