Lisboa, 1 abr (EFE).- La oposición conservadora portuguesa se ofreció hoy a apoyar al Ejecutivo socialista en funciones en caso de sea necesario solicitar un rescate financiero, pero el Gobierno mantiene su reticencia a solicitarlo.
Los socialistas acusaron de "hipocresía política" al centro-derechista Partido Social Demócrata (PSD) por mostrarse ahora dispuesto a colaborar con el Ejecutivo y no en la votación del último plan de ajuste, cuyo rechazo parlamentario el pasado 23 de marzo precipitó la caída gubernamental.
El ministro de Asuntos Parlamentarios, Jorge Lacao, recordó que el líder conservador, Pedro Passos Coelho, ya se había mostrado decidido a gobernar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y criticó que ahora busque que el propio Gobierno socialista sea quien solicite la ayuda que intentó a toda costa evitar.
La posibilidad del rescate financiero se ha adueñado de la política lusa y Passos Coelho aseguró que a pesar de no desearlo "respetará" los compromisos que pueda adquirir el actual Ejecutivo dimisionario.
La polémica sobre el rescate, un día después del anuncio de la convocatoria de comicios anticipados para el 5 de junio, no bajó pese a que la presión sobre la deuda lusa tuvo un leve respiro la lograr Portugal la colocación de 1.645 millones de euros a quince meses a un interés inferior al del mercado.
Los títulos se vendieron a un interés medio del 5,79 %, más alto que la anterior subasta, pero con una demanda muy superior a la oferta.
El Gobierno en funciones reafirmó su intención de hacer todo lo posible por evitar un auxilio financiero y aclaró además no estar capacitado para una eventual negociación, en abierto desafío a la tesis defendida por el presidente del país, Aníbal Cavaco Silva, y el propio PSD.
El ministro portugués de Finanzas, Fernando Texeira dos Santos, llegó a apuntar a Cavaco como la única figura que podría asumir los compromisos de un rescate financiero dada la capacidad limitada de un Ejecutivo dimisionario para establecer compromisos con los acreedores.
El clima de crispación política en Portugal ha provocado que los altos intereses exigidos por los inversores para adquirir títulos lusos, superiores al 8 % en el largo plazo y al 9 % en el corto, haya situado al país a las puertas de la ayuda externa, según muchos especialistas.
No obstante, la penalización de la deuda lusa se relajó hoy levemente y los bonos a diez años, que sirven de referencia en el mercado, se negociaron en el mercado secundario con un interés del 8,43 %, tras haber alcanzado el 8,45 %.
La revisión del déficit público luso de 2010, que pasó del 7,3 % anunciado hace dos meses al 8,6 %, aumentó también la presión de los mercados sobre las finanzas lusas a pesar de que el Gobierno garantizó que las metas pactadas con Bruselas para este año y los siguientes se cumplirán.
El ministro de Finanzas había atribuido el desajuste al cambio de criterios contables del organismo comunitario Eurostat, que supuso incorporar a las cuentas estatales pérdidas de grandes empresas públicas de transporte y de bancos intervenidos por 3.000 millones de euros.
Estos apuntes ya eran conocidos por las autoridades europeas y estaban pendientes de clarificación contable, aunque la oposición lusa consideró una "humillación" su revelación y acusó a Sócrates de mentir al país.
Sin embargo, la Comisión Europea avaló hoy los argumentos del Ejecutivo luso y aseguró que Lisboa "no ha mentido" y que el Instituto Nacional de Estadística de Portugal se ha limitado, como otros organismos nacionales, a aplicar los criterios de contabilidad exigidos.
En medio de la polémica sobre la petición del rescate y la presión de los mercados, que no da muestras de ceder, los partidos políticos lusos se han lanzado, entretanto, a preparar sus campañas electorales para unos comicios en los que los favoritos de las encuestas no son ya los socialistas sino el PSD. EFE
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