Lisboa, 6 dic (EFE).- La presión que ejercen los mercados sobre la deuda soberana lusa se relajó hoy después del recrudecimiento registrado la semana pasada, cuando los intereses que penalizan estos títulos se dispararon de nuevo hasta máximos históricos.
Las obligaciones portuguesas a diez años, utilizadas habitualmente como valor de referencia, se compraban hoy a cambio de una rentabilidad del 13,2 por ciento, ocho décimas menos que a finales de la semana pasada, cuando sobrepasó por primera vez la barrera del 14 por ciento.
El diferencial respecto al bono alemán continúa, sin embargo, por encima de los mil puntos base.
A cinco años, los títulos lusos cotizaban al 16,26 por ciento de interés (la semana pasada superaron el 18 por ciento), y a dos años se vendían al 16,98 por ciento, dos puntos porcentuales menos que hace apenas unos días.
La deuda portuguesa en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en subasta pública- continúo de esta forma a la baja, en la misma línea que ayer, pese a la advertencia de la agencia Standard & Poor's de una posible rebaja a la nota de 15 países europeos, entre ellos Portugal.
Standard & Poor's es la única entidad de las tres grandes agencias de notación financiera a nivel mundial que mantiene la calificación de Portugal por encima de la consideración de "bono basura", al contrario que Mooyd's y Fitch.
El país luso acabó por recurrir al rescate financiero de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional el pasado mes abril debido precisamente a la presión de los mercados y el consecuente encarecimiento de su financiación.
Ni el préstamo de 78.000 millones de euros de los organismos internacionales ni los severos ajustes y recortes aprobados en Portugal han servido de momento para cambiar significativamente la opinión de los inversores, preocupados por la crisis de la zona euro en general. EFE