Por Richa Naidu, Emma Pinedo y Emilio Parodi
MADRID, 1 jun (Reuters) - A principios de año, la Guardia Civil española intervino tres fábricas clandestinas de tabaco y requisó hojas de tabaco y cigarrillos ilegales por valor de casi 40 millones de euros (44 millones de dólares).
En una de ellas, situada en la localidad norteña de Alfaro, encontraron a 10 trabajadores ucranianos, cinco de ellos refugiados de guerra, a los que habían puesto a trabajar sin contrato y con un sueldo escaso, según la Guardia Civil. Trabajaban todo el día y vivían en la fábrica, de la que tenían prohibido salir.
Esta operación es una de las docenas que se han llevado a cabo en toda la UE y que, según cuerpos de policía regional y organismos de lucha contra el fraude, han llevado las incautaciones de cigarrillos ilegales a niveles récord.
Organizaciones delictivas, que tradicionalmente se abastecían de productos a base de tabaco falsificados fuera de la UE, están estableciendo cada vez más instalaciones de producción en Europa Occidental para acercarse a los mercados de precios más elevados, según entrevistas de Reuters con varios especialistas en la materia, entre ellos responsables encargados de hacer cumplir la ley, ejecutivos del sector tabaquero y analistas de la industria.
Según la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), esta tendencia se vio impulsada por la paralización de los viajes a causa de la pandemia de COVID-19, que obstaculizó los suministros procedentes de fuera del bloque. Es posible que se haya acelerado aún más por la guerra en Ucrania, que durante años ha sido un centro de producción y una ruta de tránsito para el tabaco ilegal, añadió la OLAF.
Además del coste humano, la falsificación es una espina financiera clavada en el costado de las mayores empresas tabaqueras del mundo, en un momento en que se enfrentan a un descenso mundial del consumo de tabaco que ha estimulado grandes inversiones en productos alternativos como los cigarrillos electrónicos.
"Las bandas de delincuentes han pasado de importar productos falsificados a Europa a establecer instalaciones de fabricación ilegal dentro de las fronteras de la UE", dijo Cyrille Olive, responsable regional de lucha contra el comercio ilegal de British American Tobacco (LON:BATS) (BAT).
BAT, que es uno de los gigantes mundiales del tabaco junto con Imperial Brands (LON:IMB), Japan Tobacco (TYO:2914) y Philip Morris (NYSE:PM) International, ha registrado un aumento de las falsificaciones desde el año pasado en Francia, Países Bajos, Portugal, Eslovenia, Dinamarca y la República Checa, añadió Olive.
Algunos activistas han acusado a las grandes tabaqueras de exagerar el tamaño del mercado ilegal para ayudar a presionar contra la subida de impuestos, algo que las empresas niegan. No obstante, los últimos datos muestran que las incautaciones de cigarrillos ilegales están aumentando.
Según datos de la OLAF, el año pasado se incautaron en toda la UE 531 millones de cigarrillos ilegales, lo que supone un aumento del 43% respecto a los 370 millones incautados en 2020. Alrededor del 60% de los cigarrillos procedían de la producción ilegal en el bloque, mientras que el resto eran de contrabando.
Europol dijo a Reuters que el año pasado probablemente también marcaría un récord en cuanto al número de fábricas de cigarrillos ilegales clausuradas por las fuerzas policiales nacionales, aunque los datos de todo el año aún no están disponibles.
INVESTIGADORES DEL TABACO
La industria ha respondido contratando a investigadores para examinar las operaciones ilícitas y compartir información con las autoridades europeas, según dijeron a Reuters ejecutivos de Japan Tobacco, BAT e Imperial Brands.
Las tres grandes tabaqueras declinaron cifrar el impacto financiero del comercio ilícito. Sin embargo, Japan Tobacco ha gastado "cientos de millones de dólares" en recopilar información sobre los falsificadores, que luego transmite a las autoridades europeas como la OLAF, según Vincent Byrne, responsable de las operaciones de la empresa contra el comercio ilegal.
"Tenemos una función específica dentro de la empresa para intentar proteger nuestros activos, proteger nuestras marcas y combatir el comercio ilegal", dijo Byrne, exdetective que investigó el crimen organizado en Irlanda.
BAT e Imperial Brands dijeron que también contaban con operaciones de inteligencia.
Philip Morris International declinó hacer comentarios para este artículo.
MENOS DE UN EURO POR CAJETILLA
Los falsificadores suelen imitar marcas populares de cigarrillos, como Winston (Japan Tobacco), Marlboro (Philip Morris), Dunhill (British America) y Nobel (Imperial Brands).
Según Byrne, fabricar un paquete de 20 cigarrillos cuesta menos de un euro, pero su precio es varias veces superior, dependiendo del mercado.
Los suministros procedentes de China y otras partes de Asia —que solían ser las mayores fuentes de cigarrillos falsificados que acababan en la UE— se redujeron durante los confinamientos por COVID-19, lo que estimuló el aumento de la producción en la propia Europa, según Alex McDonald, jefe de seguridad del grupo en Imperial Brands.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia puede haber acelerado esa tendencia, según Ernesto Bianchi, director de Ingresos y Operaciones Internacionales, Investigaciones y Estrategia de la OLAF, que añadió que la agencia estaba "analizando cómo los defraudadores pueden haber reconfigurado sus rutas".
Ucrania había sido un centro de fabricación de tabaco ilegal y una ruta de suministro de cigarrillos ilegales y falsificados fabricados en Rusia y Bielorrusia, actividades que pueden haberse visto interrumpidas por la guerra, según McDonald.
Algunos falsificadores atraen y coaccionan a refugiados ucranianos para que sean trabajadores.
El mes pasado se desmanteló una fábrica ilegal de tabaco en Roda de Ter, a 80 km de Barcelona, según informó el jueves la Policía Nacional española. Los agentes requisaron 11.400 kilos de tabaco y 7.360 paquetes de cigarrillos. Se descubrió que seis ucranianos trabajaban allí.
En Italia, las autoridades declararon en abril del año pasado que habían encontrado unas 82 toneladas de cigarrillos falsificados en el interior de una fábrica situada en la zona industrial del municipio de Pomezia.
Los investigadores declararon haber encontrado a trabajadores rusos, moldavos y ucranianos haciendo turnos agotadores en un entorno inseguro, con ventanas tapiadas que impedían la salida de humos.
"Se han encontrado muchos trabajadores ucranianos en estas fábricas ilegales", declaró Byrne, de Japan Tobacco, sobre las operaciones de falsificación en toda la UE.
"Se los recoge en una furgoneta en un aeropuerto, se les tapan las ventanas, se los lleva de un lado a otro y se cambia de furgoneta", explicó Byrne, relatando un incidente concreto.
"Al final los llevan a la fábrica. Les quitan los teléfonos móviles. En esencia, es una forma de esclavitud moderna", dijo.
(1 dólar = 0,9310 euros)
(Reportes de Richa Naidu en Londres, Emma Pinedo en Madrid y Emilio Parodi en Milán; edición de Matt Scuffham y Pravin Char; editado en español por Flora Gómez)