Inma Martínez
València, 6 nov (.).- Solo en los 13 municipios más afectados por la dana hay instalado un 10 % de las empresas de toda la provincia de Valencia, entre industria, servicios y comercio, y su peso en el PIB representa el 5 % del valor añadido y el 5,5 % del empleo.
Si se tiene en cuenta los 70 pueblos en los que la dana ha tenido impacto en mayor o menor medida, en su conjunto concentran el 30 % de la población de la provincia, el 34,5 % del PIB y el 34,4 % del empleo, según la estimación realizada por el investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales Alejandro Escribá.
La estimación la ha hecho el investigador a partir de los datos del Observatorio de Gobierno, Estrategia y Competitividad (GECE) del Ivie, y comprende un análisis empresarial (no incluye autónomos) general de las más de 70 localidades que han sufrido los efectos del temporal y otro más específico de las 13 poblaciones más arrasadas: Alaquàs, Albal, Aldaia, Alfafar, Algemesí, Benetússer, Catarroja, Llocnou, Massanassa, Paiporta, Picanya, Sedaví y Utiel.
Escribá advierte de que el conjunto de municipios afectados, los 75, no han sufrido el impacto por igual y no todas las empresas han registrado la misma intensidad en los efectos, y señala que el análisis empresarial en los 13 pueblos obedece a que en estos el impacto es casi total en todo el casco urbano, los polígonos industriales y las zonas comerciales, y aunque algunos de ellos son muy pequeños, engloban mucha población.
Comercios: recuperación más rápida
En esas 13 localidades hay numerosas empresas industriales y de servicios y comercios (parque comercial de Alfafar, parque comercial de Sedaví y los centros comerciales MN4 y Bonaire), y sector agrícola, que ha resultado muy dañado por las inundaciones.
Será el comercio, según considera el también catedrático de la Universitat de València, el sector que se va a recuperar de forma más rápida cuando consiga reponerse pues la necesidad de bienes de consumo (mobiliario, electrodomésticos, decoración o cortinajes, por ejemplo) en la zona afectada es muy alta y esto producirá un efecto rebote.
Sin embargo, en la agricultura no se producirá este efecto, con cultivos y plantaciones muy dañadas, y llevará tiempo recuperar la capacidad de producción en todo lo relacionado con el sector, porque los almacenes comercializadores y de exportación de frutas y verduras se han visto afectados directamente.
En el mundo empresarial hay mucha diversidad, y dentro de él, las empresas de servicios tendrán más facilidades de ponerse a trabajar de nuevo que las industriales, porque se basan en el capital humano.
Para las empresas de servicios intensivas en conocimiento (consultorías, ingenierías, de salud o temas medioambientales) el reto va a ser menos duro que para otras. Estas representan un 11 % de las empresas totales instaladas en los 13 municipios y un 13 % de los 70 pueblos.
Respecto a los polígonos industriales, los más afectados han resultado los de la zona más próxima a la Pista de Silla, donde hay miles de empresas -en Catarroja hay 1.900, en Aldaia el mismo número y en Paiporta 1.500- por ser parques de grandes dimensiones que alojan empresas agroalimentarias, metalmecánicas, de mueble, logística, de transportes... Un poco de todo, similar a la estructura industrial de la provincia de Valencia.
La mayor parte son pymes, sobre todo pequeña empresa y microempresa, un 12 % son de mediano tamaño y solo un 0,8 % grandes.
De ahí la dificultad de hacer frente a imprevistos de este tipo, si bien tiene la capacidad de ser ágiles y ahora es "muy importante" que reaccionen cuanto antes y reinicien la actividad en cuanto puedan porque los clientes no pueden esperar a que se recuperen, y que las ayudas anunciadas sean rápidas para que puedan volver a empezar, ha considerado el investigador.
Según datos extraídos de una base de datos empresarial, en términos absolutos el conjunto de empresas registradas en las 70 poblaciones genera un mínimo de 8.200 millones de euros de valor añadido, y un mínimo de 1.200 millones en los 13 municipios, unas cifras en las que faltaría considerar las empresas muy pequeñas, los autónomos y otras fuentes de valor.
La resiliencia, factor de recuperación
La resiliencia es importante en estos momentos ya que cuanto más competitiva y sólida es una empresa, con menor endeudamiento y buena rentabilidad, está en mejores condiciones para la recuperación.
La cuestión, señala Escribá, es que tanto en el conjunto de poblaciones como en el núcleo más dañado hay 2,4 puntos de distancia con el umbral del 25 % de las empresas de alta competitividad en España, al situarse en el 22,6 % en los dos grupos, lo que supone un inconveniente.
También destaca la importancia de la recuperación de las infraestructuras y las comunicaciones, claves para la competitividad empresarial por su reflejo en los costes empresariales, más aun teniendo en cuenta "cierto déficit" en infraestructuras que arrastra la Comunitat Valenciana desde hace tiempo.
Las comunicaciones ferroviarias y por carretera son una cuestión critica y por eso se han puesto a trabajar en su recuperación rápidamente pero advierte de que representan un incremento de costes para las empresas, difícil de cuantificar pero relevante.