Por Maha El Dahan
BEIRUT, 3 jun (Reuters) - El gobernador del banco central del Líbano aseguró el jueves a los depositantes que no está en quiebra y que los depósitos de los ciudadanos están a salvo y serán devueltos en breve, tras revocar una decisión de suspender las retiradas de fondos que desencadenó protestas callejeras.
Una multitud de libaneses indignados salió a la calle a última hora del miércoles por el anuncio del banco central de que se detendrían las retiradas de depósitos en dólares a una tasa de interés fija, mucho más baja que en el mercado informal aunque más elevada que la oficial.
"Se ha tomado la decisión de considerar que la Circular 151 emitida por el banco central sigue en vigor", dijo la presidencia en un comunicado tras una reunión en la que participó Salameh.
Los bancos libaneses han bloqueado el acceso de los depositantes a sus cuentas en dólares y han prohibido las transferencias al extranjero. Sin embargo, en virtud de la Circular 151 emitida el año pasado, se ha permitido a los depositantes retirar dólares, con los fondos pagados en la moneda local a un tipo de cambio de 3.900 libras por dólar.
Esta cifra es solo un tercio del valor de los dólares en el mercado negro - que el jueves se negociaban a unas 13.000 libras por dólar - pero ha sido la única forma en que muchos libaneses han podido acceder a sus fondos.
La paridad oficial está fijada en 1.500 libras por dólar.
Líbano se encuentra sumido en una profunda crisis financiera, provocada por décadas de corrupción endémica, despilfarro y mala gestión, que amenaza su estabilidad y que el Banco Mundial describe como una de las depresiones más profundas de la historia moderna.
En un informe de esta semana, el Banco Mundial pronosticó que el producto interior bruto de Líbano, que ya se redujo de 55.000 millones de dólares en 2018 a unos 33.000 millones el año pasado, se contraería un 9,5% más en 2021.
El Banco Mundial añadió que la crisis, que ha provocado la escasez de bienes básicos importados, se estaba agravando por un "debilitante vacío institucional" causado por un estancamiento político de alto nivel.
La decisión del miércoles a última hora de suspender las retiradas de fondos provocó la indignación de los manifestantes en Beirut, que bloquearon carreteras con neumáticos en llamas y mucha gente hizo cola frente a cajeros automáticos para retirar dinero antes de que la norma entrara en vigor.
Una fuente oficial de alto nivel, que pidió no ser nombrada debido a lo delicado del asunto, dijo que la medida de detener las retiradas y luego dar marcha atrás era una maniobra política para animar a los depositantes a conformarse con un tipo de interés fijo que aún implica una gran pérdida sobre su dinero.
(Reporte de Maha El Dahan y Laila Bassam, Edición de Mark Heinrich, Traducido por Tomás Cobos)