Pekín, 11 abr (.).- La prioridad para China en 2018 será llevar a cabo una reforma fiscal que le permita aumentar los ingresos procedentes del impuesto sobre la renta de las personas físicas y depender menos de la financiación en el mercado de bonos, alertó hoy el Banco Asiático de Desarrollo (BAD).
En la presentación en Pekín de sus perspectivas económicas para el continente asiático, el BAD explicó que en 2017 el ratio de ingresos fiscales respecto al PIB en China cayó hasta el 17,5 %, una proporción inferior a la media del 25 % de los países de la Organización par la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) o del 21 % de los del G20.
"La experiencia internacional demuestra que el ratio de ingresos fiscales respecto al PIB tiende a aumentar cuando los países se hacen más ricos", explicó Jurgen Conrad, responsable de Economía de la entidad.
En China, no obstante, este indicador ha bajado entre otros motivos porque el nivel para la exención del pago del impuesto sobre la renta está en 42.000 yuanes anuales (6.690 dólares o 5.400 euros), el doble del salario medio anual en el país, lo que supone que sólo un 20 % de los asalariados paga impuestos, es decir, un 3 o 4 % de la población total.
La caída de la proporción de ingresos fiscales respecto al PIB en 2017, unido al aumento de los gastos, se ha traducido en "un incremento del déficit presupuestario, de la deuda pública y de los pasivos" de China, apuntó la entidad.
Subir la recaudación por impuestos podría contribuir al objetivo del Gobierno de reducir su volumen de deuda, ya que no tendría que financiarse exclusivamente a través de la emisión de bonos, un método "que está empezando a ser más caro", advirtió Conrad.
En cuanto a los riesgos a los que se enfrentará la economía china, el BAD destaca la caída del precio de las materias primas, que podría llevar a países productores que son tradicionalmente importadores de China a reducir su demanda, y la salida de capitales del país provocada por las subidas de tipos de interés en EEUU y el fortalecimiento del dólar.
La entidad no ha contemplado las tensiones comerciales con EEUU en este escenario de riesgo, porque no consideran "que vayan a socavar el crecimiento del consumo" ni que "la demanda doméstica se vaya a ver afectada".
Aunque se espera que la demanda global no siga creciendo, Conrad apuntó que el volumen de exportaciones de China a EEUU es "muy bajo" respecto al total, por lo que no prevé "un alto impacto" de la imposición de aranceles por parte de Donald Trump.