Por Ana Mano
SAO PAULO, 28 nov (Reuters) - Los productores de la segunda cosecha de maíz de Brasil, que se sembrará tras la cosecha de soja a principios del próximo año, no tienen prisa por comprar fertilizantes como urea y la mezcla NPK, según los datos publicados el lunes por Jeferson Souza, analista de Agrinvest.
Según estimó, el 75% de todo lo que los productores de maíz de segunda cosecha van a necesitar ha sido comprado por los agricultores de todo el país, por debajo del promedio de cinco años del 83%.
"Los productores han notado una fuerte caída en los precios de los insumos agrícolas y han retrasado las compras para intentar aumentar los márgenes de producción", dijo Souza en un informe.
Los fertilizantes se utilizan para mejorar el rendimiento de los cultivos, y Brasil depende de las importaciones para cerca del 85% de su demanda.
En Mato Grosso, el principal estado productor de cereales de Brasil, los agricultores habían comprado el 89% de la demanda estimada de fertilizantes para la segunda cosecha de maíz de este año, cuatro puntos porcentuales por debajo del promedio histórico, según los datos recopilados por Souza.
Las compras de fertilizantes, según los datos, están 13 puntos porcentuales por debajo de la cifra del año pasado en Paraná, que es el segundo estado más grande en términos de demanda.
La segunda cosecha de maíz de Brasil equivale a unas tres cuartas partes de la producción nacional en una temporada determinada.
Los agricultores de Brasil normalmente siembran su segunda cosecha de maíz después de cosechar la soja, y cualquier problema que afecte al desarrollo o a la cosecha de la oleaginosa puede retrasar la segunda siembra de maíz.
La sequedad en estados del centro-oeste como Mato Grosso está preocupando a los productores de soja, pero los problemas meteorológicos en algunas regiones aún no han afectado significativamente a las expectativas de grandes cosechas de maíz y soja en 2022/2023.
(Editado en español por Javier Leira)