Geoffrey Smith
Investing.com – A los gigantes del sector de la electricidad de Europa les ha costado muchísimo la transición de los combustibles fósiles y nucleares a las energías renovables pero la agenda de política climática del continente no les ha dejado otra opción.
Eso explica en parte el anuncio de la francesa Engie (PA:ENGIE) y la portuguesa EDP (LS:EDP), dos de los referentes del viejo legado de Europa, que van a unirse en el creciente sector de la energía eólica marítima.
Ambos dijeron el lunes que pretenden tener hasta 7 gigavatios de potencia instalada —el equivalente a ocho o nueve de las antiguas plantas de gas o de generación a carbón— operativos en 2025, y otros 5-10 gigavatios en una etapa más avanzada de desarrollo. Llevan cooperando ya a nivel de proyecto desde 2013 y ya tienen 5,5 GW en construcción o en desarrollo, pero éste sigue siendo un importante plan de expansión.
La lógica del acuerdo parece clara, aunque podría cocinarse a fuego lento en términos de creación de valor. Las acciones de EDP subieron un 1% el martes y otro 0,2% hoy. Engie habría subido una cantidad similar de no ser por el exdividendo.
Los índices de Europa se comportan de forma dispar este miércoles; el índice de referencia Euro Stoxx 600 se deja un 0,1%, mientras que el Dax de Alemania se mantiene estable y el FTSE 100 del Reino Unido sube un 0,4% debido en gran parte al debilitamiento de la libra.
Su objetivo es llegar a ser los segundos mayores desarrolladores de energía eólica del mundo después de la danesa Oersted (CO:ORSTED) y poniéndose por delante de la española Iberdrola (MC:IBE). Orsted ha sido uno de los mayores éxitos del mercado de valores de Europa en los últimos años, subiendo más de un 125% desde su salida a bolsa en junio de 2016, explotando hábilmente un sector donde los subsidios del gobierno y la dinámica del mercado está en constante flujo.
Iberdrola ha necesitado más tiempo para despegar, pero sus acciones han subido un 35% desde octubre. Curiosamente, las acciones de ambas empresas han sido inmunes al aumento general de la volatilidad en los mercados los últimos ocho meses.
Tanto EDP como Engie podrían hacer un poco de magia de la de Orsted/Iberdrola.
EDP está tratando de superar el fracaso del intento de adquisición por parte de China Three Gorges, un generador gestionado por el Estado. Sus acciones perdieron en torno a un 15% desde principios de abril al ocurrir este episodio.
Los inversores de Engie, mientras tanto, tiene que seguir comulgando con los planes de la directora ejecutiva Isabelle Kocher para agilizar su imperio comercial, aunque empezó bien en febrero prometiendo salir de 20 de sus 70 mercados. Su inversión en el nuevo oleoducto Nord Stream 2 no le da más que quebraderos de cabeza, ya que ha entrado en el punto de mira de la Administración estadounidense. Estados Unidos confirmó el lunes que está preparando nuevas sanciones contra el oleoducto controlado por Rusia, en el que Engie tiene una participación del 10%.