Lima, 25 may (EFE).- El próximo mes se decidirá el futuro de la minera Doe Run Perú (DRP), cuando la empresa encargada de su liquidación, Right Business, presente un programa donde se continúe su disolución o se dé paso a una reestructuración, informó hoy el Ministerio de Energía y Minas (Minem).
La Junta de Acreedores de DRP eligió hoy a Right Business y la representante del Minem en el grupo, Rosario Patiño, señaló que la empresa debe evaluar la situación.
"En 30 días deben presentar un plan en el que se establecerán el cronograma y de inmediato ellos trabajarán con su equipo. La Junta de Acreedores también supervisará cada una de las acciones para que de inmediato se ejecute lo que es necesario hacer para iniciar prontamente las labores de la empresa", afirmó Patiño.
En abril, DRP fue declarada por sus acreedores en proceso de "liquidación en marcha" ante la imposibilidad de aprobar el plan de reestructuración, lo que supone preservar la unidad del negocio y que las operaciones continúen mientras el liquidador analiza la situación antes de tomar una decisión final.
El Minem explicó en esa oportunidad, que si se hubiera optado por la "liquidación de oficio" se hubiera procedido al cierre inmediato de la empresa y al despido de sus trabajadores.
"Se respetará el statu quo laboral, pero con la posibilidad de que la empresa liquidadora negocie, dependiendo del flujo de caja, los convenios y se prorroguen para efectos de mantener la armonía laboral y que los trabajadores contribuyan a un proceso más rápido", expresó Patiño.
Representantes de DRP pidieron a sus acreedores que extiendan hasta fines de junio el plazo para revisar su cuarto plan de reestructuración, según informó Canal N.
Patiño remarcó que la empresa debe mejorar su propuesta de reestructuración para que pueda operar en el complejo metalúrgico de La Oroya, una de las localidades más contaminadas del mundo, que mantiene sus actividades suspendidas desde 2009 por incumplir el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA).
DRP se había comprometido a reiniciar sus operaciones este mes, pero su empresa matriz, Renco, anunció que se extendía el plazo y planteó al Estado peruano que asuma la responsabilidad y las reclamaciones económicas presentadas ante tribunales de los Estados Unidos por la contaminación generada en La Oroya.
El complejo metalúrgico de La Oroya, ubicado a unos 185 kilómetros al este de Lima, está compuesto por fundiciones y refinerías que procesan cobre, zinc, plata, plomo, indio, bismuto, oro, selenio, telurio y antimonio, entre otros subproductos. EFE