Roma, 7 oct (EFE).- La agencia de medición de riesgos Fitch rebajó hoy la calificación de la deuda soberana de Italia en un escalón, de AA- a A+, según informó hoy a través de un comunicado.
Con esta revisión, la calificación de Italia para hacer frente a su deuda a largo plazo pasa de sobresaliente bajo a notable alto, manteniendo la vigilancia en negativo.
La rebaja de Fitch, llega después de la bajada de la nota de la deuda italiana hecha por Standard & Poor's, el pasado 19 de septiembre, y de la de Moody's, a principios de esta semana.
Fitch señaló que la rebaja refleja la intensificación de la crisis en la zona euro, que constituye un impacto negativo significativo a nivel financiero y económico, que "ha debilitado el perfil de riesgo de la deuda soberana de Italia".
La agencia de calificación subrayó, que como ya había adelantado de forma preventiva, una solución global a la crisis es "política y técnicamente compleja, lo que implicará que se tarde tiempo en recuperar la confianza de los inversores".
Agregó que la crisis ha impactado negativamente en las perspectivas de estabilidad financiera y crecimiento del país y señaló, además, que el alto nivel de deuda pública y la necesidad de financiación, junto con el bajo potencial de crecimiento, pone a Italia en una situación de "especial vulnerabilidad frente a los impactos externos".
La deuda pública italiana se sitúa en torno al 120 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), es decir, más de 1,9 billones de euros.
Fitch aludió al reciente plan de ajuste aprobado por el Parlamento italiano, por valor de cerca de 54.000 millones de euros, sobre el que aseguró que "ha reforzado la consolidación fiscal italiana".
Sin embargo, sobre esta iniciativa, consideró que la "titubeante respuesta del Gobierno a la expansión del contagio, ha erosionado la confianza de los mercados sobre la capacidad de Italia de navegar a través de la crisis de la Eurozona".
Según Fitch, en base a sus proyecciones fiscales, Italia podría no alcanzar su objetivo de equilibrio presupuestario en 2013, como pretende el Ejecutivo.
La agencia indicó que, mientras los objetivos presupuestarios a corto plazo son alcanzables, las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno carecen de una reforma fundamental de las finanzas públicas.
Fitch manifestó que, pese a que la alta presión fiscal es uno de los factores que más pesan sobre el crecimiento a largo plazo del país, está previsto que se incremente más aun.
Además, señala la firma estadounidense, la restricción del gasto está basado en los recortes del gasto público actual, así como en la restricción de inversiones, en lugar de llevar a cabo una reforma estructural duradera del gasto público.
Según Fitch, un mayor énfasis en la reforma estructural fiscal reforzaría la confianza sobre la posibilidad de que el país logre alcanzar un crecimiento sostenido a lo largo de varios años, así como la ampliación de la productividad y el potencial crecimiento de la economía.
Fitch hizo hincapié en que las debilidades estructurales que han constreñido el crecimiento económico de Italia son bien conocidas: "la elevada deuda pública, la alta presión fiscal, un sector público ineficaz, barreras a la competencia en el mercado, inflexibilidad en el mercado de trabajo y una pronunciada división norte-sur".
"Ante el telón de fondo de reformas en toda Europa y el mayor coste del capital al que Italia debe hacer frente a corto y medio plazo, el país necesitará hacer una reforma económica más radical y sostenida, para evitar una importante hueco en la productividad y competitividad en comparación con el resto de países de la OCDE", advierte Fitch.