Washington, 16 nov (EFE).- La presión inflacionaria en EE.UU. ofreció un respiro en octubre con una bajada de 0,1 % que dejó la inflación interanual en el 3,5 %, lo que permite cierto espacio de maniobra para un nuevo posible estímulo por parte de la Fed ante una economía que aún muestra signos de frágil recuperación.
El índice de precios en octubre cambió de tendencia, tras la subida de 0,3 % del pasado mes, gracias a un descenso de los precios de la energía, especialmente de la gasolina que se redujeron un 3,1 %, y de los alimentos, que con un 0,1 % experimentaron su menor incremento en meses.
Excluidos la energía y los alimentos, que son los productos más volátiles, los precios subieron un 0,1 % en octubre, la subida más baja en lo que va de 2011.
No obstante, la cifra aún se encuentra por encima de las previsiones de la Reserva Federal (Fed), que pronostican un 2,8 % para final de 2011 y un 1,7% en 2012.
El dato de inflación es más positivo si se observa en conjunto con otros indicadores recientes de la economía estadounidense, como la aceleración del crecimiento del producto interior bruto (PIB) en el tercer trimestre de 2011 hasta un 2,5%.
También hoy se hizo público el índice producción industrial que registró un incremento del 0,7 % en octubre, estimulado por el buen comportamiento del sector automovilístico y electrónico.
Contribuyó, además, al tono positivo la subida de las remuneraciones semanales de los trabajadores un 0,3 % en octubre, el mayor salto desde 2010, algo que los analistas han destacado ya que puede ayudar devolver la confianza de los consumidores.
El gasto de los consumidores representa casi el 70 % del PIB de EE.UU., por lo que el devenir de la economía estadounidense depende en gran modo de la disposición de los ciudadanos a comprar.
Es probable, sin embargo, que desde el organismo que preside Ben Bernanke se aguarde aún a ver una tendencia más consolidada en el descenso del índice de precios para anunciar una nueva medida de impulso económico.
La Fed cuenta con un doble mandato de control de precios y fomento del pleno empleo a la hora de gestionar la política monetaria del país.
"Parece claro que donde estamos fallando es en el lado del empleo", aseguró Bernanke en una rueda de prensa a comienzos de noviembre, al referirse a la tasa de desempleo del 9 % que registra EE.UU. y que no se prevé se reduzca notablemente hasta 2013.
La última medida tomada por el Comité de Mercado Abierto de la Fed fue la llamada "operación Twist", un programa de 400.000 millones de dólares de canje de bonos del Tesoro de corto plazo por bonos de plazo más largo.
Las tasas de interés en EE.UU. se encuentran entre el 0 y 0,25% desde diciembre de 2008, por lo que las herramientas en manos de la Fed cada vez son más reducidas.
Además, los miembros más conservadores de la Fed han alertado en las últimas reuniones que las medidas de estímulo económico, especialmente los dos paquetes de inyección de liquidez, habrían aumentado las presiones inflacionarias en EE.UU..
Esta ligera mejora del panorama financiero en EE.UU. podría decantar a la Fed hacia las posturas más liberales, como la del presidente de la Reserva Federal de Chicago, Charles Evans, quien abogó por permitir una inflación anual del 3 % si contribuía al impulso de la economía.
La próxima reunión de la Fed se celebrará el 13 de diciembre, pero el organismo también tendrá un ojo puesto en la situación de la crisis de la deuda en Europa, cuya inestabilidad ha "afectado significativamente" la endeble recuperación de EE.UU., en palabras de Bernanke. EFE