Olot (Girona), 21 sep (.).- El grupo Simon, especializado en la iluminación y el material eléctrico, ha invertido 15 millones de euros en dotar a su fábrica de Olot (Girona) con los últimos avances tecnológicos, lo que le permite doblar su capacidad de producción y convertirse en referente internacional en procesos de fabricación.
La inversión, una de las más importantes de la multinacional catalana en los últimos años, se enmarca en una apuesta por la innovación como palanca para continuar creciendo, una vez superado el bache provocado por la pandemia.
La compañía de origen familiar tiene previsto cerrar 2021 con una facturación consolidada de 295 millones de euros, un 7 % más que la del 2019, antes de la pandemia, y después de un 2020 en que las ventas se redujeron un 9 % hasta los 251 millones de euros.
En rueda de prensa, el consejero delegado de Simon, Esteban Bretcha, que asumió el cargo en 2019, ha asegurado que los mercados locales han mejorado su comportamiento, así como plazas claves en el mapa internacional como China, Polonia o Marruecos.
El grupo, con presencia en más de 90 países, ha reforzado además su apuesta por la recarga del vehículo eléctrico mediante una "joint-venture" (sociedad de riesgo compartido) con la firma Selba Solutions con el objetivo de estar presente en un negocio que considera "estratégico".
En concreto, la multinacional trabaja en soluciones para la carga inteligente del vehículo eléctrico en los domicilios.
Además, ha adquirido este año el 51 % de una empresa vietnamita con mas de 23 años de experiencia en la fabricación y distribución de productos eléctricos y de iluminación en ese país, y que distribuirá los productos Simon en Vietnam, Camboya, Laos y Myanmar.
"La intención de la compañía -ha asegurado Bretcha- es estar a la vanguardia de los procesos productivos y marcar un referente para nuestro tejido industrial internacional desde la Garrotxa", ya que la compañía tiene una estrecha relación con la capital de esta comarca, Olot, ya que fue allí donde nació hace 106 años.
La inversión en maquinaria puntera y en adecuación de los procesos productivos en la planta de Olot (donde trabajan 280 personas) permite a Simon doblar su capacidad de producción hasta los 10 millones de elementos al año, aunque en estos momentos el centro trabaja a un tercio de sus posibilidades.
Desde la capital de la Garrotxa, Simon exportará sus productos a toda Europa, Rusia y Latinoamérica, además de al mercado nacional.
El director de Operaciones de la firma, Albert Pérez, se ha mostrado confiado en que en un período aproximado de un año y medio se pueda alcanzar el máximo de producción si la actividad se recupera como lo lleva haciendo desde el último tercio del 2020.
La transición tecnológica ha llevado a la compañía a tomar la decisión de cerrar su centro en Riudellots en diciembre y 62 de los 88 empleados serán recolocados.
Entre otros proyectos, la multinacional del sector de la iluminación tiene previsto también abrir en Madrid un nuevo espacio insignia y está rehabilitando su antigua fábrica de Poblenou (Barcelona), en un edificio de 10.500 metros cuadrados para convertirla en su nueva sede, en el primer trimestre de 2023.
Simon es la cabecera industrial de un grupo especializado en soluciones tecnológicas de iluminación, control de luz, conectividad y material eléctrico, que cuenta con unos 4.000 trabajadores (1.100 en España) en 9 centros productivos.